Tienes unos labios que mas parecen peldaños enlucidos que me llevan hasta el jardín de las delicias, benditos los pasos trocados y errados si me llevaron a encontrar tus ojos, como un refugio inexpugnable para mi alma.
Bendita tu y las corrientes que te envuelven, que te mueven y me arrastran hasta ti cada día como la energía que empuja a dos polos de infinita fuerza.
Y bendito yo, feligrés en los altares de tu cuerpo, peregrino en la tierra santa de tus mejillas, ese campo en el que se disputan mi voz y el sol poder tornar en sonrojados sus colores.
Sonríe amor, porque yacerán malditos e impíos los días en que tu sonrisa no campe por estos lares angostos y empedrados.
Como siempre... precioso. Qué decir ante esto, salvo, gracias. :)
ResponderEliminarGracias a ti por leerme, me anima mucho.
EliminarGracias por compartir el talento que atesoras e iluminar nuestra mirada hacia una visión poética del mundo.
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