Recopilación de textos narrativos y poesías personales, disfrutad su lectura igual que disfruto yo llevando mis dedos desde su inicio hasta su punto y final.

sábado, 5 de diciembre de 2015

Del diablo y sus susurros

Honestamente, nunca tuve noticias de Dios, sea quien sea, ni en las duras ni en las maduras; creo que en el mejor de los casos debía ser como un psicólogo primerizo que observara a la humanidad retorciéndose en el diván y preguntándose el por qué de su existencia, como mi madre analizando nuestras caras la primera vez que se atrevió a preparar un pastel sin estar segura del resultado.


Sin embargo si que me han llevado mis pasos a cruzar palabras en alguna ocasión con el diablo, más de una desde aquella noche en que le encontré o me encontró en el fondo de una botella; A veces juega a los dados, sólo para ver que sucede, sólo para intentar creer que existe el azar, que no hay un destino que marque hasta el último de sus condenados pasos.
-Es difícil hacer amigos cuando la sombra de tu nombre se entreteje hasta en las pesadillas de los hombres más grandes. ¿Sabes? el día que me conoció, Shakespeare me preguntó si estaba en deuda conmigo por su talento, ¡como si fuera obra mía o pudiera obtener yo algún beneficio!.


Dicen que pensar en nuestra propia existencia y en su significado es un vicio de aquellos que no conocen calamidades ni penurias, así que en cierto modo me siento afortunado de acompañar el último trago con estas inquietudes, más aún si acontece en compañía, pensar en voz alta sin temor a  que mis palabras mueran censuradas en el cubo de los despojos de mentes herméticamente encajonadas. Vivo en un lugar donde puedes gritar sin miedo a perder la garganta, tal vez a costa de que a pocos les importe lo que tengas que decir: Todo en esta vida tiene un precio, incluso ella misma.


A veces se sienta a mi lado y observa cómo deslizo el bolígrafo a lo largo y ancho del papel, suspira y recuerda cuando el hombre descubrió cómo discurre la sangre por el interior de su cuerpo. Atraviesa la habitación y me muestra cómo circulan las corrientes electromagnéticas dentro y fuera de la tierra.
-Dime, ¿por qué crees que recorren esos caminos invisibles y no otros? ¿de donde surgió el trazo que aún siguen?.


Probablemente tacharían de blasfemia estas tertulias con esa voz que todos llevamos dentro, con esa parte de nosotros de la que nadie carece, y sin embargo lo único que me preocupa es estar en guerra conmigo mismo, tener que convivir en la discordia de no ser yo dentro de mí... Y así es como concibo uno de los mayores males de los hombres, arrojarse tan aceleradamente al conflicto con otros ahí fuera cuando ni siquiera son capaces de vivir en tregua con ellos mismos.


Una vez lo oí murmurar entre sueños, decía que si hasta los soles más inmensos y las partículas más ínfimas se regían por designios impuestos, constantes y hasta predecibles, ¿Cómo iría a ser diferente el hombre? esa diminuta mota de polvo en el espacio y en el tiempo...


Motas de polvo, ¿arrastradas por el viento o fluyendo a través de él a nuestro propio antojo?.

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