Nací para ser un cosmonauta que recorrería el cielo,
navegando en su galera sin ninguna vela de tela
ni torpes timones que, atrancados en la cubierta,
tratasen de hacer frente a las corrientes que nos mueven.
Nací, pero no estaba preparado aunque quería creerlo
cuando apareciste tu con el firmamento en los ojos,
convirtiendo en estrellas cada uno de mis abrojos,
y haciendo que los astros se girasen tan sólo para verte.
He nacido y renacido porque he atravesado el infinito,
he recorrido el universo y al llegar al final tu estabas ahí
cogiendome la mano y pintando constelaciones para mí
recorriendo con tus dedos el universo muy despacito.
y es por ti que por fin vivo y no solo sobrevivo
que me atrevo a decir sin miedo que he existido
y que cada segmento de tu piel se ha convertido
en todas las cartas de navegación que necesito
para hallar la felicidad cada día de mi vida.
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