Recopilación de textos narrativos y poesías personales, disfrutad su lectura igual que disfruto yo llevando mis dedos desde su inicio hasta su punto y final.

domingo, 22 de noviembre de 2015

De dos cuerpos

Dibujaba pétalos en el cristal de la ventana, empañadsa por la lluvia que caía fuera, había llegado el otoño y se había colado hasta su alma, deshojandose por no encontrar calor al otro lado de la almohada. Treinta años, la sonrisa preciosa y un jefe orgulloso con su trabajo, pero estaba vacía, casi tanto como la botella que ahora llacia en la moqueta, y había decidido arrojarse por el balcón para ver si flotaba...
Su camisón de raso se coló por el umbral y rápidamente la lluvia comenzó a correr por su cara, resbalándose hacia abajo y haciendo que la silueta de sus pechos se asomara en busca de un aliento cálido y obsceno.

Colocó sus pies al borde y le hizo una última reverencia al mundo, entonces, respiró hondo y adelantó un pie al tiempo que una fuerza mayor agarró su brazo y tiró de ella hacia el interior de la ventana de al lado.
Al mirar, descubrió a un joven tenso, los músculos de sus brazos parecían casi palpitar al tiempo que arrojaba a la calle un cigarrillo a medio fumar.
-Tienes suerte de que siempre me asome a fumar, habría tenido celos del asfalto.
-¿celos?
-Por supuesto, no querría ver como te acuestas con el.

La respuesta sobrecogió a la mujer, que desde el suelo agarró la cremallera del pantalón de su salvador y lo arrojó sobre ella, el golpe le rebotó toda la espalda contra el suelo, que se iba empapando por instantes.
El se alzó para poder arrancarle el pijama, haciendo que el raso se escurriera en una esquina de la habitación, el resto del salón era invadido por gritos y susurros envueltos por un calor humano que rodaba de un lado a otro.
La ropa fue marcando un sendero estrecho regado por las gotas de lluvia y sudor, y alrededor del cual brotaban caricias y espasmos, describiendo el festín de amor y deseo que celebraban aquellos besos, buscando un éxtasis que les liberara de su propio cuerpo.

Había llegado el otoño a su ventana... Para deshojarla de llantos, de vestidos y vinos no compartidos.

3 comentarios:

  1. eres mi idolo esta entrada me la quedo para leerla mas veces. me vuelve loca

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, me alegra que te guste, siempre es una motivación saber que es bien acogido lo que escribo

      Eliminar