miércoles, 30 de diciembre de 2015
de infinitos instantes
martes, 29 de diciembre de 2015
De ser o no ser
No soy un pirata cojo ni un bandido enmascarado pero se
y me dijiste, "si algo tengo claro en el mundo, es que te quiero".
Fuiste alumbrando sin titubear las baldosas en cada uno de mis pasos,
No soy un artista aclamado ni un poeta derrotado, tan solo lo que ves,
un conductor incombustible de la energía que recorre nuestra piel,
la voz de un susurro imperceptible que a todos nos invade alguna vez,
transcribiendo lo que todos sienten y que en el fondo les reconforta leer.
sábado, 26 de diciembre de 2015
De rincones
Salinas de días tristes y turberas de recuerdos atrapados,
En un rincón de tu mirada, las sombras de noches largas
crecían afiladas como los zarpazos umbríos de gatos pardos.
Y allí, en la encrucijada de todos tus parpadeos fugaces
Mil destellos se agolpaban, entumecimiéndose de frío
Esperando el momento en que tus párpados voraces
Decidieran abrir sus fauces y devorar el calor y el brío.
Así que fui picando paredes, llené de termitas tus pupilas que carcomieran los oscuros corredores que encogían los narcisos de tu alma.
Que no están hechos tus iris para albergar pasillos, sino grandes salones donde tu voz y la mía bailen tangos desenfadados hasta que llegue el alba.
miércoles, 23 de diciembre de 2015
De herejías
Quería acercarme a dios, es cierto, pero jamás imagine que hallaría el cielo escondido entre tus mejillas.
lunes, 21 de diciembre de 2015
De recuerdos
sábado, 19 de diciembre de 2015
De sabores
jueves, 17 de diciembre de 2015
De ruptura
miércoles, 16 de diciembre de 2015
De jugar contigo
lunes, 14 de diciembre de 2015
des pedida
domingo, 13 de diciembre de 2015
De mi reloj tartamudo
porque siempre sigo este viejo reloj tartamudo,
y es que a todas horas debemos y deberíamos
pero el se detiene y se reitera en los querríamos,
en los pequeños instantes capaces de invadir
toda la eternidad con el mas mínimo esfuerzo,
en los lapsos en que la vida nos permite vivir
sin máscaras ni disfraces cubriéndonos el cuerpo.
vivo a deshora, y cuando nadie está mirando
saco este viejo reloj tartamudo y me atranco
en ese instante en que siempre me estas besando.
sábado, 12 de diciembre de 2015
De violencia
No puedo olvidar el recuerdo de rudas cabras subiendo por los riscos escarpados, enfrentar sus cornamentas y, con cierto orgullo pensar.. "Con esto ya han alcanzado su mayor realización". Como el gorrión al fabricar un nido para sus crías o el salmón luchar contra la corriente hasta llegar al
remanso donde desovar en paz.
De un modo u otro, se topan violenta y enérgicamente con la naturaleza, se enfrentan bajo la premisa de seguir vivos el tiempo suficiente para cumplir con su máxima realización, por primitiva que sea.
Sin embargo a menudo nos observo a nosotros, declarando la guerra al orden natural para prorrogar nuestra muerte, pero... ¿ Acaso es para terminar de realizarnos? Derrochamos gran parte de nuestra vida en un estado latente, vacío de propósitos mientras las grandes poblaciones se declaran guerras que distan mucho de cualquier instinto por sobrevivir, como si nuestra existencia fuera un chicle homogéneo que tratamos de estirar sin preocuparnos de que pueda seguir o no sabiendo a algo.
viernes, 11 de diciembre de 2015
De bendiciones
Bendita tu y las corrientes que te envuelven, que te mueven y me arrastran hasta ti cada día como la energía que empuja a dos polos de infinita fuerza.
Y bendito yo, feligrés en los altares de tu cuerpo, peregrino en la tierra santa de tus mejillas, ese campo en el que se disputan mi voz y el sol poder tornar en sonrojados sus colores.
Sonríe amor, porque yacerán malditos e impíos los días en que tu sonrisa no campe por estos lares angostos y empedrados.
jueves, 10 de diciembre de 2015
De nosotros.
y yo me hacía el dormido con mi rostro sobre su ombligo,
pero como dormir escuchando el tambor que me da la vida,
latidos que narran tranquilidad cuando duerme conmigo.
Yo, que me disfrazo de monte cada mañana para ser el primero
que se bañe con el amanecer que despunta en sus pupilas,
y al llegar el ocaso me pinto de negro para envolverla en mi cielo.
Ella, como una noche de verano en pleno mes de enero,
como es posible que una persona sin nada más que su cuerpo
sea capaz de albergar mi vida, la suya y el mundo entero.
Yo, bañándome en jaras para enredarme en tu vestido,
me hago un ovillo pequeño, diminuto abalorio en tu piel,
envidia del cojo de Efesto, que sueña con haber tenido
la suerte eterna de verte lucir una joya forjada por él.
Ella, que es tan dulce que nadie podría esperar
que entre sus labios esconda esquirlas de lima
para lijar las aristas que nos quieran arañar,
a ella le bastan sus beso para sanar mis heridas.
miércoles, 9 de diciembre de 2015
De puentes
Y se trabaron las vocales en el dintel asonante de este refugio, dejando abierto el paso a las miradas, tornando en vulnerable este refugio íntimo donde pueden oírse los ecos de mi voz interna.
De asomarme a tus ojos
Sin salvación ni cura, me atrapas y tejes grilletes de seda que me harían sentirme preso de tus besos si no me arrojara a ellos sin dudarlo ni un instante, me harían envidiar a las pequeñas golondrinas si no sintiera mayor libertad que pidiendo asilo entre tus brazos cuando el sol irrumpe en nuestra cama.
martes, 8 de diciembre de 2015
De una flor
De morir a medias
sábado, 5 de diciembre de 2015
Del diablo y sus susurros
Sin embargo si que me han llevado mis pasos a cruzar palabras en alguna ocasión con el diablo, más de una desde aquella noche en que le encontré o me encontró en el fondo de una botella; A veces juega a los dados, sólo para ver que sucede, sólo para intentar creer que existe el azar, que no hay un destino que marque hasta el último de sus condenados pasos.
-Es difícil hacer amigos cuando la sombra de tu nombre se entreteje hasta en las pesadillas de los hombres más grandes. ¿Sabes? el día que me conoció, Shakespeare me preguntó si estaba en deuda conmigo por su talento, ¡como si fuera obra mía o pudiera obtener yo algún beneficio!.
Dicen que pensar en nuestra propia existencia y en su significado es un vicio de aquellos que no conocen calamidades ni penurias, así que en cierto modo me siento afortunado de acompañar el último trago con estas inquietudes, más aún si acontece en compañía, pensar en voz alta sin temor a que mis palabras mueran censuradas en el cubo de los despojos de mentes herméticamente encajonadas. Vivo en un lugar donde puedes gritar sin miedo a perder la garganta, tal vez a costa de que a pocos les importe lo que tengas que decir: Todo en esta vida tiene un precio, incluso ella misma.
A veces se sienta a mi lado y observa cómo deslizo el bolígrafo a lo largo y ancho del papel, suspira y recuerda cuando el hombre descubrió cómo discurre la sangre por el interior de su cuerpo. Atraviesa la habitación y me muestra cómo circulan las corrientes electromagnéticas dentro y fuera de la tierra.
-Dime, ¿por qué crees que recorren esos caminos invisibles y no otros? ¿de donde surgió el trazo que aún siguen?.
Probablemente tacharían de blasfemia estas tertulias con esa voz que todos llevamos dentro, con esa parte de nosotros de la que nadie carece, y sin embargo lo único que me preocupa es estar en guerra conmigo mismo, tener que convivir en la discordia de no ser yo dentro de mí... Y así es como concibo uno de los mayores males de los hombres, arrojarse tan aceleradamente al conflicto con otros ahí fuera cuando ni siquiera son capaces de vivir en tregua con ellos mismos.
Una vez lo oí murmurar entre sueños, decía que si hasta los soles más inmensos y las partículas más ínfimas se regían por designios impuestos, constantes y hasta predecibles, ¿Cómo iría a ser diferente el hombre? esa diminuta mota de polvo en el espacio y en el tiempo...
Motas de polvo, ¿arrastradas por el viento o fluyendo a través de él a nuestro propio antojo?.
viernes, 4 de diciembre de 2015
De hambre
Bocados de ceniza oscura desfilan por mi garganta, una procesión de restos candentes que escarifican el angosto camino hasta mis entrañas. Soñaba con acariciar fuegos fatuos engarzados en tu pelo, devorar su llama azul y sentir que me invadía por dentro; pero ardió, hasta el aire recordaba al horno donde a veces te detenías a oler el pan recien hecho, viciado y seco, abrasando casi tanto como la mirada que acompaña al "haz lo que quieras"...
Y ¿Qué quiero? Solo miel, a cucharadas atiborradas para que caigan atrapados tus susurros en mi piel y, como el pescador con su carrete, tirar despacio hasta toparme con tus labios.
Bocados de nada, de aire frío entre tu rostro y el mío, de mirar sin encontrarnos y hacer ofrendas de tiempo al dios del desperdicio. Me atraganto con el vacío que se atrinchera en mi cuello y por mas que bebo no logro hacerlo caer al fondo de mi ser. A bocados de dolor me mordí la lengua y me sangraron las palabras.
jueves, 3 de diciembre de 2015
De ella
saboreada en mitad del desierto,
un oasis que apacigua tu sed
y te mantiene dulcemente despierto.
Ella es la flor que se esconde entre la hierba,
que crece hermosa, pero cautelosa y vigilante
de no dañar ningún tallo que a su vera crezca.
Ella, jamás pasada desapercibida donde pisa,
como una antorcha erguida sobre una atalaya,
así es ella, capaz de inundarte con su sonrisa
y de incendiar hasta las rocas allá donde vaya
martes, 1 de diciembre de 2015
Del jardín de la nostalgia
Mi padre había sido soldado y aunque llevaba varios años retirado, me confesó en secreto que había traído la guerra con él a casa, que por más que bebía en el salón, no lograba zafarse de ella.
-Es duro perder a tus compañeros y amigos, y se que algún día pasaras por eso, pero rezo a Dios para que jamás debas encañonar a un niño con tu arma, da igual si el te está apuntando con la mirada alienada.
Solía venir al jardín y pasaba las horas construyendo juguetes y arreglando el columpio del árbol una y otra vez, sin importar que ni mi hermana ni yo tuviéramos ya edad para jugar, el sólo quería mantenernos a salvo y evitar a toda costa que creciéramos... Lo cierto es que echo de menos aquello, despertar los fines de semana con su voz cargada de café sugiriéndonos ir a pescar al pantano, ahora ya nunca voy por allí, no puedo.
En la familia solían murmurar que papá siempre había estado loco, que solo un demente escogería ese tipo de vida dejando en casa a su muer y sus hijos sin mayor amparo, especialmente la tía Elena:
-Debería haberse preocupado más por su familia y no por la de otros.
Vieja amargada... Mamá se había enamorado de él con galones en la camisa y muchos sueños en la cabeza, y el lo dio siempre todo por dejar un futuro mejor a su familia, eso es algo que nosotros sabíamos, siempre estuvimos orgullosos de su esfuerzo, y jamás olvidaba un cumpleaños, por muy lejos que estuviera.
Sin embargo hizo cosas horribles, era su deber y no le permitían cuestionar nada de lo que se le encomendaba desde arriba, “jerarquía y deber”, el precio por tratar de construir un mundo más seguro donde poder estar, ¿Valía la pena?. Después de Senegal ya nunca lograba descansar, dormía a base de pastillas y se despertaba aterrorizado a media noche, creyendo que ninguno de nosotros le oía.
En los últimos días, solía confesarse con mamá en la cocina mientras nosotros desayunábamos en el salón, suspiraba y le preguntaba de qué había servido todo lo que hicieron allí cuando encendía la televisión y veía que todo seguía igual, hileras de cuerpos maltratados e inertes a las puertas de cualquier edificio.
No considero que fuese un héroe por lo que hizo en aquellos países o en este, pero se que vivió con una sombra que los demás no podrían ni imaginar, que sacrificó tanto de sí mismo para que otros, nosotros, solo experimentáramos el horror de la guerra cuando encendiéramos la televisión. Me siento aquí, ante el jardín y me pregunto por qué no logré hacer que se encontrara a salvo entre nosotros, traerle una taza de café al porche, ayudarle a reparar algo o dejarle ganar al ajedrez; esta no es la partida que quería perder.

