Recopilación de textos narrativos y poesías personales, disfrutad su lectura igual que disfruto yo llevando mis dedos desde su inicio hasta su punto y final.

miércoles, 30 de diciembre de 2015

de infinitos instantes

Del infinito a un instante, como mi vida hasta conocerte
del filo de un instante al infinito, como besar tus labios.

Sin hacer ruido mientras duermes inocentemente 
pliego la inmensidad del universo entre mis dedos,
la exprimo y, como la vieja ariadne en sus telares, mis manos tejen versos ansiosos de arroparte esta noche.

De las voces en mi cabeza al silencio de mis palabras,
Del silencio de tus labios al basto rugido de tus besos.

Poesía que brota de todo mi amor por ti,
versos que tu me traduces en suaves caricias
 haciendo que solo pueda amarte con fuerza
y convertirlo de nuevo en líneas que volveré a escribir 

martes, 29 de diciembre de 2015

De ser o no ser

Vestida de azul, con los labios rojos y las piernas en cruz,
te sentaste frente a mí y arrojaste tu mirada sin pestañear,
y me miraste tu, con tus profundos ojos tan llenos de luz.

Fuiste grabando a fuego tu nombre en cada uno de mis poros,
sembraste en cada uno la semilla de una nueva aventura
que cosechar en cada andanza en busca de un nuevo tesoro,
pero ¿no hay mayor tesoro que encontrar cada día tu dulzura?


No soy un pirata cojo ni un bandido enmascarado pero se
que no hay mayor fortuna que aquella que un día encontré
al saquear tus labios en busca de un beso impregnado en café.
botín de amor eterno, de una magia que me ha devuelto la fe.


Vestida de luz, con los astros haciendo sus nidos en tu pelo,
te posaste ante mí y al batir tus alas espantaste las sombras,
y me dijiste, "si algo tengo claro en el mundo, es que te quiero".


Fuiste alumbrando sin titubear las baldosas en cada uno de mis pasos,
y aún cuando la lluvia hizo imposible que pudiéramos alzar el vuelo
me susurraste "aún bajo la tormenta puede navegarse sobre los rayos".


No soy un artista aclamado ni un poeta derrotado, tan solo lo que ves,
un conductor incombustible de la energía que recorre nuestra piel,
la voz de un susurro imperceptible que a todos nos invade alguna vez,
transcribiendo lo que todos sienten y que en el fondo les reconforta leer.

sábado, 26 de diciembre de 2015

De rincones

En un recodo de tus ojos encontré un estanque de agua amarga,
Salinas de días tristes y turberas de recuerdos atrapados,
En un rincón de tu mirada, las sombras de noches largas
crecían afiladas como los zarpazos umbríos de gatos pardos.
Y allí, en la encrucijada de todos tus parpadeos fugaces
Mil destellos se agolpaban, entumecimiéndose de frío
Esperando el momento en que tus párpados voraces
Decidieran abrir sus fauces y devorar el calor y el brío.
Así que fui picando paredes, llené de termitas tus pupilas que carcomieran los oscuros corredores que encogían los narcisos de tu alma.
Que no están hechos tus iris para albergar pasillos, sino grandes salones donde tu voz y la mía bailen tangos desenfadados hasta que llegue el alba.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

De herejías

Es cierto que quería acercarme a dios, pero no de manera contemplativa, quería subir hasta el último peldaño y arrebatarle su trono con manos de poeta. Quería que al leer mis versos se detuviera el tiempo, quería estar en todas partes... en todos los rincones de tu mente y todas las plazas de tu cuerpo. Quería ser todo tu amor y que suspirases mi nombre al terminar la última estrofa. ¿Cómo no tener delirios de grandeza? Si tu que eres mi sol paseas a mi vera como si pudiera tan siquiera estar a tu altura.
Quería acercarme a dios, es cierto, pero jamás imagine que hallaría el cielo escondido entre tus mejillas.

lunes, 21 de diciembre de 2015

De recuerdos

Recuerdo aquella tarde, tu soltaste mi mano
y me pediste una prueba de mi amor,
te habría bajado la luna hasta tu lado
pero, ¿Qué es robar la luna cuando tu al sol
le quitas sus rayos? lo dejaste en cueros, ¡corazón!

Recuerdo que me pedías magia, ¡me la pedías tu!
como si las ascuas hablasen y me pidieran calor,
yo me vestí de príncipe azul y del ogro aterrador
te traje las sombras y desenterré la luz
y ahora que nada tengo, lo que me sobra es amor.

Recuerdo tanto, y es tanto lo que olvido
que nuestra historia se fue enredando con las fábulas,
se fue mezclando con folclore y misticismo
donde un hada blanca y la bruja oscura
vinieron a tejer nuestro manto de aventuras.

Recuerdo que te besé sin pronunciar un Te quiero,
que me declaraste tu amor sin decir nada,
que yo era tu edredón y tu mi témpano de hielo,
el café estaba asqueroso y ni leche nos quedaba
pero eso no importaba, porque tu dormías tranquila
y yo ni bostezaba por no perderme el baile de tus pestañas.

Como el mejor de los cuentos, guardo nuestra historia feliz
y un final por escribir, tan memorable como nos  pertenece.

sábado, 19 de diciembre de 2015

De sabores

Me saben a hierro, tus labios, como bañados 
En la sangre de tus heridas, como impregnados
Por el dolor de saber que será el último beso.

Me saben a tinta, diluida en lágrimas amargas
Como la carta que escondí entre tus bragas
Para que quedara algo de mí cerca de tu cuerpo.

Me sabe a derrota, al naufragio de mi cordura
Decirte adiós y salir de casa con total premura 
Tropezando con los escalones y nuestro sueño.

Decirte quiero que mi boca ya no acepta sabores,
que no aceptan mis ojos descubrir otros colores
Desde que tu cuerpo ha dejado de ser mi templo.

jueves, 17 de diciembre de 2015

De ruptura

Lo has roto todo, cada parte de mí 
y no has dejado piedra sobre piedra,
lo has roto todo, como rayos de sol  
desmenuzado todos los nubarrones,
Me has desmontado, todo lo que fui, 
como ingeniero tomaste cada pieza
para mejorarla solo con acariciarla
y me volviste a montar en condiciones.

Lo has roto todo, como las olas 
con la roca hasta convertirla en arena,
y con tu piel salada te meces en ella.
Lo has destrozado, al hombre de ojalata,
 y vas quemando la herrumbre para dejar crecer 
al hombre de tierra y agua, de luz y viento,
para dejar vibrar mi energía junto a la tuya
componiendo la mas bella sinfonía 
con el eco de nuestras almas.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

De jugar contigo

Llegó la oscuridad a la habitación y sin embargo apareciste tu con chispas en los dedos
y a un palmo de mí me dijiste. -¿quién quiere luz cuando todo lo que quiere está al lado?
Llegaron tormentas hasta el sillón y cuando los cristales parecían estallar por los truenos,
sacaste un alambre por la ventana y dijiste. -¿que caerá antes, tus besos o ese rayo?
Y así eres tu, como una bandera blanca izada y capaz de frenar una auténtica cruzada,
como una flor hermosa y temeraria que se atreve a crecer entre las piedras de la cañada.

Llegó la luz, y no la mediocre luz del sol que solo inunda la mitad de la tierra,
llegó de tus ojos, un destello permanente incapaz de cegar, incapaz de quemar,
y sin embargo iluminó el mundo, mi mundo completo y toda mi vida entera.
Llegaron las lluvias, los días fértiles y los valles verdes donde poder caminar,
lejos del camino agreste, de las carreteras inhóspitas o la transitada vereda,
tu convertiste los jaramagos en barandas y me regalaste un paseo hermoso por andar.
Así eres tu, constructora de puentes y castillos, demoledora de zarzas y espinos,
capaz de hallar la luz hasta en los días más sombríos solo para volver a encontrarme,
solo para poder espantar las pesadillas de los hombres y recuperar los sueños de niños.




Entonces tu cogiste mi mano y con tu sonrisa burlona me dijiste.     
-Vamos a jugar a pillar: tu ven a atraparme y yo haré como si quisiera evitarlo.

lunes, 14 de diciembre de 2015

des pedida

Sin beso de despedida, las mejillas se congelaron esperando unos labios que las vistieran, y con temblor en sus pupilas, escudriñó toda la noche la puerta esperando a que el volviera. Fue un adiós sin codeína, sin pastillas ni placebos que anestesiaran tanta pena.
Y ¿donde está?  Dicen que esa noche vistió un pijama de asfalto, que los surcos de sus labios conocieron unas lineas discontinuas. Y ¿donde está?  Se pregunto ella mientras se golpeaba con el marco, pero la puerta no se abrió en toda la noche.
Sin reyertas ni gritos, todo se mantuvo en plena calma, solo un adiós que se escapó mal dirigido. Sin mas estruendo que un centenar de huesos rotos por donde se escapó un silbido, una canción de nana antigua que le cantaba su madre, y ahora está tumbado, tratando de descifrar que habrá tras esa luz intensa pues, tal vez, cuando recorra todas las baldosas llegue a casa.

domingo, 13 de diciembre de 2015

De mi reloj tartamudo

vivo a deshora, desacompasado con el mundo
porque siempre sigo este viejo reloj tartamudo,
y es que a todas horas debemos y deberíamos
pero el se detiene y se reitera en los querríamos,
en los pequeños instantes capaces de invadir
toda la eternidad con el mas mínimo esfuerzo,
en los lapsos en que la vida nos permite vivir
sin máscaras ni disfraces cubriéndonos el cuerpo.
vivo a deshora, y cuando nadie está mirando
saco este viejo reloj tartamudo y me atranco
en ese instante en que siempre me estas besando.

sábado, 12 de diciembre de 2015

De violencia

Por amor a la violencia, no la irracional que desata el hombre, sino a la comprensible fuerza que hace temblar a la naturaleza, la que acompaña en las bestias al instinto más primitivo: seguir vivos.  Un instinto que transformamos en un esperpento transfigurado y reducido a una pasiva voluntad por mantener unas constantes vitales para constatar que aún no estamos muertos, ¿o si?

No puedo olvidar el recuerdo de rudas cabras subiendo por los riscos escarpados, enfrentar sus cornamentas y, con cierto orgullo pensar.. "Con esto ya han alcanzado su mayor realización". Como el gorrión al fabricar un nido para sus crías o el salmón luchar contra la corriente hasta llegar al
remanso donde desovar en paz. 
De un modo u otro, se topan violenta y enérgicamente con la naturaleza, se enfrentan bajo la premisa de seguir vivos el tiempo suficiente para cumplir con su máxima realización, por primitiva que sea.
Sin embargo a menudo nos observo a nosotros, declarando la guerra al orden natural para prorrogar nuestra muerte, pero... ¿ Acaso es para terminar de realizarnos? Derrochamos gran parte de nuestra vida en un estado latente, vacío de propósitos mientras las grandes poblaciones se declaran guerras que distan mucho de cualquier instinto por sobrevivir, como si nuestra existencia fuera un chicle homogéneo que tratamos de estirar sin preocuparnos de que pueda seguir o no sabiendo a algo.

Pero la vida no es un estanque de paz, no consiste en una guerra contra lo que nos rodea, sino contra nosotros mismos, una acción violenta y explosiva que nos deje mal sabor de boca cuando podríamos haber hecho más y no lo hicimos, cuando pensemos que adaptarse al engranaje social implica perder nuestro propio movimiento interno. Es fácil conformarse con las expectativas naturales, respirar de manera constante hasta que expiremos, pero si no somos un elemento más en la naturaleza, si somos conscientes de nuestra unicidad, y de las múltiples maneras de desarrollarla, ¿ por qué seguir sentados en el mismo escalón?

viernes, 11 de diciembre de 2015

De bendiciones

Tienes unos labios que mas parecen peldaños enlucidos que me llevan hasta el jardín de las delicias, benditos los pasos trocados y errados si me llevaron a encontrar tus ojos, como un refugio inexpugnable para mi alma.
Bendita tu y las corrientes que te envuelven, que te mueven y me arrastran hasta ti cada día como la energía que empuja a dos polos de infinita fuerza.
Y bendito yo, feligrés en los altares de tu cuerpo, peregrino en la tierra santa de tus mejillas, ese campo en el que se disputan mi voz y el sol poder tornar en sonrojados sus colores.
Sonríe amor, porque yacerán  malditos e impíos los días en que tu sonrisa no campe por estos lares angostos y empedrados.

jueves, 10 de diciembre de 2015

De nosotros.

Ella se echó a dormir sobre la hierba fresca en una colina
y yo me hacía el dormido con mi rostro sobre su ombligo,
pero como dormir escuchando el tambor que me da la vida,
latidos que narran tranquilidad cuando duerme conmigo.


Yo, que me disfrazo de monte cada mañana para ser el primero
que se bañe con el amanecer que despunta en sus pupilas,
y al llegar el ocaso me pinto de negro para envolverla en mi cielo.


Ella, como una noche de verano en pleno mes de enero,
como es posible que una persona sin nada más que su cuerpo
sea capaz de albergar mi vida, la suya y el mundo entero.


Yo, bañándome en jaras para enredarme en tu vestido,
me hago un ovillo pequeño, diminuto abalorio en tu piel,
envidia del cojo de Efesto, que sueña con haber tenido
la suerte eterna de verte lucir una joya forjada por él.


Ella, que es tan dulce que nadie podría esperar
que entre sus labios esconda esquirlas de lima
para lijar las aristas que nos quieran arañar,
a ella le bastan sus beso para sanar mis heridas.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

De puentes

Construí un puente hacia mi alma y a sus barandas las llamaste versos, pareados de ida y vuelta que hicieran de guía para no volver a perdernos. Construí ventanas en los cuatro muros de mis entrañas, tercetos y cuartetos enmarcando los cristales desde donde pudieras ver dentro de mí cuanto te diera la gana.
Y se trabaron las vocales en el dintel asonante de este refugio, dejando abierto el paso a las miradas, tornando en vulnerable este refugio íntimo donde pueden oírse los ecos de mi voz interna.

De asomarme a tus ojos

Podría decir mil cosas sobre tus ojos, pero aun así nadie podría jamás comprender lo que siento al asomarme a tu mirada y escuchar como me habla en silencio con un tono tan cálido que, al escapar por tus pestañas, las lágrimas se hacen bruma que te envuelve como un manto de locura, como el hada verde al final de la botella...
Sin salvación ni cura, me atrapas y tejes grilletes de seda que me harían sentirme preso de tus besos si no me arrojara a ellos sin dudarlo ni un instante, me harían envidiar a las pequeñas golondrinas si no sintiera mayor libertad que pidiendo asilo entre tus brazos cuando el sol irrumpe en nuestra cama.

martes, 8 de diciembre de 2015

De una flor

Tengo el corazón romo y desgastado de atravesar los pedregales por donde te he buscado, tengo las arterias cargadas de jaramagos, de atravesar campo a través los valles y el río desolado, tengo mi amor hecho escombros de golpear con la cabeza cada una de las paredes de nuestro reino...

Pero entre los escombros asoma una flor, que se resiste a yacer conformada entre las cenizas y las sombras, ella se asoma y busca un sol que sabe que existe, porque está ahí y no importa cuan alto se eleven las nubes de polvo, la luz está y estará ahí arriba cuando las brumas se disipen; y hará arder los rastrojos cada vez que broten, hará huir a las sombras cada vez que quieran aflorar en las laderas sonrojadas de sus mejillas. 

De morir a medias

Vi su nombre en las esquelas,
vi su nombre, pero a medias
porque ella seguía sonriendo
pero por dentro iba muriendo
como las flores de su ventana.

Siempre bajo un oscuro nubarrón
que no encuentra risa que le espante
ni fisuras donde asome el sol,
ya no escucha una voz que la levante
hace tiempo que se marchó...

Bebe cerveza para olvidarse
pero aún guarda en un cajón
cartas que no llegaron a mandarse
y ahora visten su habitación
de color gris amargura.

sábado, 5 de diciembre de 2015

Del diablo y sus susurros

Honestamente, nunca tuve noticias de Dios, sea quien sea, ni en las duras ni en las maduras; creo que en el mejor de los casos debía ser como un psicólogo primerizo que observara a la humanidad retorciéndose en el diván y preguntándose el por qué de su existencia, como mi madre analizando nuestras caras la primera vez que se atrevió a preparar un pastel sin estar segura del resultado.


Sin embargo si que me han llevado mis pasos a cruzar palabras en alguna ocasión con el diablo, más de una desde aquella noche en que le encontré o me encontró en el fondo de una botella; A veces juega a los dados, sólo para ver que sucede, sólo para intentar creer que existe el azar, que no hay un destino que marque hasta el último de sus condenados pasos.
-Es difícil hacer amigos cuando la sombra de tu nombre se entreteje hasta en las pesadillas de los hombres más grandes. ¿Sabes? el día que me conoció, Shakespeare me preguntó si estaba en deuda conmigo por su talento, ¡como si fuera obra mía o pudiera obtener yo algún beneficio!.


Dicen que pensar en nuestra propia existencia y en su significado es un vicio de aquellos que no conocen calamidades ni penurias, así que en cierto modo me siento afortunado de acompañar el último trago con estas inquietudes, más aún si acontece en compañía, pensar en voz alta sin temor a  que mis palabras mueran censuradas en el cubo de los despojos de mentes herméticamente encajonadas. Vivo en un lugar donde puedes gritar sin miedo a perder la garganta, tal vez a costa de que a pocos les importe lo que tengas que decir: Todo en esta vida tiene un precio, incluso ella misma.


A veces se sienta a mi lado y observa cómo deslizo el bolígrafo a lo largo y ancho del papel, suspira y recuerda cuando el hombre descubrió cómo discurre la sangre por el interior de su cuerpo. Atraviesa la habitación y me muestra cómo circulan las corrientes electromagnéticas dentro y fuera de la tierra.
-Dime, ¿por qué crees que recorren esos caminos invisibles y no otros? ¿de donde surgió el trazo que aún siguen?.


Probablemente tacharían de blasfemia estas tertulias con esa voz que todos llevamos dentro, con esa parte de nosotros de la que nadie carece, y sin embargo lo único que me preocupa es estar en guerra conmigo mismo, tener que convivir en la discordia de no ser yo dentro de mí... Y así es como concibo uno de los mayores males de los hombres, arrojarse tan aceleradamente al conflicto con otros ahí fuera cuando ni siquiera son capaces de vivir en tregua con ellos mismos.


Una vez lo oí murmurar entre sueños, decía que si hasta los soles más inmensos y las partículas más ínfimas se regían por designios impuestos, constantes y hasta predecibles, ¿Cómo iría a ser diferente el hombre? esa diminuta mota de polvo en el espacio y en el tiempo...


Motas de polvo, ¿arrastradas por el viento o fluyendo a través de él a nuestro propio antojo?.

viernes, 4 de diciembre de 2015

De hambre

Bocados de ceniza oscura desfilan por mi garganta, una procesión de restos candentes que escarifican el angosto camino hasta mis entrañas. Soñaba con acariciar fuegos fatuos engarzados en tu pelo, devorar su llama azul y sentir que me invadía por dentro; pero ardió, hasta el aire recordaba al horno donde a veces te detenías a oler el pan recien hecho, viciado y seco, abrasando casi tanto como la mirada que acompaña al "haz lo que quieras"...

Y ¿Qué quiero? Solo miel, a cucharadas atiborradas para que caigan atrapados tus susurros en mi piel y, como el pescador con su carrete, tirar despacio hasta toparme con tus labios.

Bocados de nada, de aire frío entre tu rostro y el mío, de mirar sin encontrarnos y hacer ofrendas de tiempo al dios del desperdicio. Me atraganto con el vacío que se atrinchera en mi cuello y por mas que bebo no logro hacerlo caer al fondo de mi ser. A bocados de dolor me mordí la lengua y me sangraron las palabras.

jueves, 3 de diciembre de 2015

De ella

Ella es como una taza de té
saboreada en mitad del desierto,
un oasis que apacigua tu sed
y te mantiene dulcemente despierto.

Ella es la flor que se esconde entre la hierba,
que crece hermosa, pero cautelosa y vigilante
de no dañar ningún tallo que a su vera crezca.


Ella, jamás pasada desapercibida donde pisa,
como una antorcha erguida sobre una atalaya,
así es ella, capaz de inundarte con su sonrisa
y de incendiar hasta las rocas allá donde vaya

martes, 1 de diciembre de 2015

Del jardín de la nostalgia

    Siento la extraña obligación de regar este jardín y, por malos recuerdos que me traiga, no dejar que se marchiten estas flores. Fue aquí donde papá cogió su pistola y tiñó los narcisos de color carmesí, supongo que es la sensación de que parte de él se ha quedado entre sus tallos.

Mi padre había sido soldado y aunque llevaba varios años retirado, me confesó en secreto que había traído la guerra con él a casa, que por más que bebía en el salón, no lograba zafarse de ella.
-Es duro perder a tus compañeros y amigos, y se que algún día pasaras por eso, pero rezo a Dios para que jamás debas encañonar a un niño con tu arma, da igual si el te está apuntando con la mirada alienada.



Solía venir al jardín y pasaba las horas construyendo juguetes y arreglando el columpio del árbol una y otra vez, sin importar que ni mi hermana ni yo tuviéramos ya edad para jugar, el sólo quería mantenernos a salvo y evitar a toda costa que creciéramos... Lo cierto es que echo de menos aquello, despertar los fines de semana con su voz cargada de café sugiriéndonos ir a pescar al pantano, ahora ya nunca voy por allí, no puedo.


En la familia solían murmurar que papá siempre había estado loco, que solo un demente escogería ese tipo de vida dejando en casa a su muer y sus hijos sin mayor amparo, especialmente la tía Elena:
-Debería haberse preocupado más por su familia y no por la de otros.



Vieja amargada... Mamá se había enamorado de él con galones en la camisa y muchos sueños en la cabeza, y el lo dio siempre todo por dejar un futuro mejor a su familia, eso es algo que nosotros sabíamos, siempre estuvimos orgullosos de su esfuerzo, y jamás olvidaba un cumpleaños, por muy lejos que estuviera.



Sin embargo hizo cosas horribles, era su deber y no le permitían cuestionar nada de lo que se le encomendaba desde arriba, “jerarquía y deber”, el precio por tratar de construir un mundo más seguro donde poder estar, ¿Valía la pena?. Después de Senegal ya nunca lograba descansar, dormía a base de pastillas y se despertaba aterrorizado a media noche, creyendo que ninguno de nosotros le oía.


En los últimos días, solía confesarse con mamá en la cocina mientras nosotros desayunábamos en el salón, suspiraba y le preguntaba de qué había servido todo lo que hicieron allí cuando encendía la televisión y veía que todo seguía igual, hileras de cuerpos maltratados e inertes a las puertas de cualquier edificio.



No considero que fuese un héroe por lo que hizo en aquellos países o en este, pero se que vivió con una sombra que los demás no podrían ni imaginar, que sacrificó tanto de sí mismo para que otros, nosotros, solo experimentáramos el horror de la guerra cuando encendiéramos la televisión. Me siento aquí, ante el jardín y me pregunto por qué no logré hacer que se encontrara a salvo entre nosotros, traerle una taza de café al porche, ayudarle a reparar algo o dejarle ganar al ajedrez; esta no es la partida que quería perder.

De su voz

Tu voz, casi un murmullo despuntando por el Este,
casi jirones de viento cuando llega la hora del alba
haciéndome dudar de si eres tu o tan sólo el eco
apaciguado de sirenas que escondidas en tu pelo
se preguntan que precio habrá, si es que alguno haya
de pagar para yacer siempre a tu lado sin dejar de verte.

Tu voz, que a veces clama a levante y a poniente
y les hace enmudecer, guarecidos en sus lejanas cavernas,
que desdibuja el cielo austral y el boreal cuando de pronto
ya nadie en su sano juicio osa a ponerse en frente,
a replicar palabras que escapan de tus labios como tormentas,
derribando de este barco a todo el que permanezca a bordo.

Tu voz, y la mía, en una escaramuza donde sólo llevo
mi cuchillo contra todo tu arsenal vibrante y fonético,
atrincherados, malheridos y con el fango por el cuello
me arrojo en una acción suicida, siempre sin éxito,
porque ni rimas asonantes, ni unos versos apareados
lo han logrado, menos aún argumentos "asalvajados".
Por más que me empeño tras cada refriega
siempre olvido que su voz y la mía esperan
unos labios que silencien, unos brazos que rubriquen
con amor el final de esta cruenta jornada.

De jaste tus huellas

Tu dibujaste un corazón
con tu dedo en la orilla del mar
y observando no pude evitar preguntar:
¿Por qué razón por que el amor queda siempre grabado
con un músculo que no para de sangrar?.
El mar con su oleaje la huella borró
y conmovida tu me preguntaste
de cuantas lágrimas se compondría
aquella ola que te arrebató el corazón.