Si creo en milagros es tan sólo en mi preciado efecto dominó:
que nací y naciste, que un día te conocí y me sonreiste,
que mi locura conoció a tu sinrazón y como un tifón
hicieron volar todo, la cordura, los papeles y nuestra imaginación.
Creí que eras la pieza de mi rompecabezas desde que apareciste
y sin embargo hoy me retracto, tu eres todo mi puzzle
eres mi enigma y mi respuesta, incluso a preguntas que aún no hice.
Si pidiera la impedecedera prórroga de una vida mas allá de esta
no sería sino porque esta me parece ridículamente insuficiente
para pagar todas las deudas que he contraído con tu boca,
por las sonrisas, por los llantos, por el aliento caliente
que como un murmullo se escapa entre tus labios y se vuelve tormenta
al chocar contra mi pecho en las noches de invierno.
Si estoy aquí sentado, mancillando el tiempo perdido
por sujetar un bolígrafo en lugar de acariciar tus dedos
es porque quiero, amor, tatuar los caminos que sigo
a lo largo de tu piel en un pedazo perenne de papel
para que los recuerdes cuando estas falanges estén lejos,
recuerda mis huellas y como quise borrarlas con mis labios
y recuerda que siempre volví a la escena del crimen haciendome el dormido.
Cada verso que escribes es un trocito de cielo, sigue así! eres increíble...
ResponderEliminar