Acompasados, tus latidos y el tic tac de los cronómetros,
tus parpadeos y el ciclo eterno de los semáforos,
y una piedra en tu zapato que no retiras por falta de tiempo.
Soterrados, bajo una torre de papeles quedaron tus sueños,
son olvidados y queda tan sólo un murmullo ya,
dicen que no recuerdan como era vibrar con el viento.
Abreviados, los mensajes acotados en cajones perfectos
con tantos límites que bostezar descuenta vocales,
con tanta prisa que siento culpabilidad si me detengo.
Y he tropezado, mi pie izquierdo quiere llevar otro ritmo,
escarba en las montañas de papeles buscando un amigo,
se detiene y desde ahí abajo grita que soy un cretino
por ir a prisa, escribir rápido y dejar el café a medias.
Y he desgastado las suelas de mis zapatillas en la acera,
como si fuera un copo de nieve que ve llegar la primavera,
con mucho por hacer antes de que se deshiele y muera...
Así de pronto, así de rápido termina, porque se que llevas prisa,
porque se que hay muchas formas de despertarte una sonrisa,
Pero si esta es una de ellas, ¿ por qué no te detienes y me avisas?
Genial Pablo. Si me dejas me gustaria usarla en clase para hablar de los recursos de estilo como potenciadores de lo comunicado.
ResponderEliminarMuchas gracias Antonio, sabes que siempre tienes vía libre para utilizarlos, para mi es un honor y sobre todo una motivación para continuar.
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