La carne es débil, el deseo es fuerte,
un impulso que no logro sacar de mi mente,
decir que no cuando la tentación está en frente.
Oscuro es y cuanto más lo niego, más lo necesito,
no puedo acallar la voz que me habla al oído,
me dice "tómalo, es tuyo y está bien merecido".
Pero ¿Cómo entrar si después no querré salir?
no puedo, no debo, pero lo anhelo como el vivir,
ya casi siento mi cuerpo envenenado sin ese elixir.
Reprimo el instinto pero aun así mis manos buscan,
"vamos, no seas idiota, ¡pero si sabes que te gusta!"
yo lleno mi cabeza de muros pero poco lo ocultan.
Escribo para confesarme y mantenerme ocupado,
para caer entre versos y no en el amargo pecado,
pues ya por demasiado luché, lo he intentado.
Pero no puedo evitarlo, tengo claro que caeré
que más tarde o más temprano lo probaré...
...
Al final acabaré tomándome otra taza de café
Pablo León Alcaide

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ResponderEliminarVaya la tablet. Tiene un punto de humor y de sorprendente desenlace.
ResponderEliminarMentiría si te dijera que no me estaba riendo en el sillón mientras la escribía, me vino a la cabeza y no pude evitar darle forma jajaja
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