Vagando por callejas oscuras y plazas soleadas
descubrí que por muchos pasos que yo daba,
jamás estuve tan perdido, jamás tan extraviado
como cuando camino lejos de tus pensamientos.
He atravesado días perdidos, horas malgastadas,
calendarios tachados sin poder llegar a casa,
pensando que el hogar lo definía un mobiliario
y no el baúl donde guardas tus sentimientos.
Te contemplo como a un puñado de preciadas
cartas de navegación, preciosas rutas marcadas
indescriptibles para anotar en mi pequeño diario,
yo te miro a los ojos, y entonces me encuentro.
Quiero saber de ti, de cada una de tus calzadas,
quiero aprenderme cada facción de tu cara,
atravesar tu piel sin brújula ni astrolabio,
surcar tus labios y no volver jamás a puerto.
Pablo León Alcaide
No hay comentarios:
Publicar un comentario