Recopilación de textos narrativos y poesías personales, disfrutad su lectura igual que disfruto yo llevando mis dedos desde su inicio hasta su punto y final.

lunes, 22 de agosto de 2016

De sorientado

Mi mente colapsada, una maraña de carreteras secundarias por donde discurren pensamientos acelerados, cierro los ojos y abro los pulmones: ahí vienen otra vez, pienso en más de lo que podría escribir y escribo más de lo que logro organizar aquí dentro.

Jóvenes, pero no tanto como para seguir despreocupados; adultos, pero dicen que no lo suficiente "aun no sabes lo que es cotizar". Ya... os aseguro que no es por falta de ganas, ni de sueños, pero ese es el problema, nos invitaron a entrar en sueños duraderos y cuando despertamos nos descubrimos en una puerta de embarque donde te piden idiomas, experiencia laboral, que te conformes con lo que te den y no rechistes si te lo quitan. Pero no es culpa del jefe, el simplemente exige porque puede hacerlo, porque le han enseñado que es más práctico dos medios sueldos que uno digno, que si te vas a Sevilla perderás tu silla, y eso hay que agradecérselo a quienes se sientan un poco más arriba, a los que no condenan ni eliminan la precariedad laboral, los mismos que han hecho que nuestra generación haya atravesado tres reformas educativas distintas, cada una "parcheando" la anterior y dándole una capa de pintura a los desperfectos, esperando que la máquina siga funcionando (al menos mientras ellos sigan ahí).

Y no considero que sea una cuestión de colores, sino de números, de una regla de tres que no nos cuadra: ¿Por qué a mayor número de cargos políticos no se corresponde una mejor situación socio-económica? Somos un país miope, nos empeñamos en mirar a lo lejos en busca de soluciones, ejemplos de otras naciones, pero solo copiamos los arreglos a medias, nos quedamos con vagos detalles (como aquella supuesta homologación de la universidad pública del Plan Bolonia que sigue sin producirse), así, ni vemos lo que hay más allá de nuestras narices ni nos molestamos en buscar la respuesta un poco más cerca. tanto como nuestro propio cerebro.

Cuando nacemos, pequeñas joyas en bruto, traemos con nosotros un circuito cerebral inmaduro, carente de eficiencia, es solo a través de la proliferación de conexiones "útiles" y la poda de aquellas que no aportan ningún beneficio que nuestro cerebro madura, nos hace más eficientes. ¿Por qué un sistema de gobierno debería ser diferente? Me pregunto si el problema no estará en que, como dicen los ancianos en mi barrio "no falta dinero, sobran maletines", un sistema atestado de cargos que se solapan, se confunden competencias y se comparten como buenos hermanos cuando a menudo lo que se necesitan no son dos ojos más, sino que los primeros sean capaces de cumplir con su cometido.
Asesores para aconsejar a los hombres de confianza del ministro, ramificaciones interminables que podrían y deberían zanjarse en pos del desarrollo general.

Dicen que me quejo demasiado, pero no son quejas vacías, solo busco explicaciones, busco indicaciones, que me digan por qué hay universitarios con idiomas en paro mientras hay diputados sin estudios, que me digan qué sucedió con aquello de "esfuérzate y obtendrás tu recompensa", estoy desorientado, perdido, soy un niño que patalea en el cuerpo de un hombre y grita -¡No es justo!. Me siento extraviado, ocho meses renovar gobierno, y aún así no se que me da mas miedo, si la estática que perpetua medidas obsoletas o cambiar para encontrarnos en un nuevo fracaso vestido con otros colores; me asusta cada mitin, cada mensaje en el telediario, la verdad sesgada por el mejor postor y una realidad que me sabe extraña.

Me siento en el sillón, cierro los ojos para sentirme un poco más a salvo y recuerdo las palabras de Descartes... -Pienso, luego existo, pero ¿Qué más es real? ¿Hasta donde se extiende el brazo de la manipulación mediática?

Pablo León Alcaide

1 comentario:

  1. Buen artículo. Este gènero dentro del ensayo te queda de guinda. Haces una reflexión que refleja la realidadde muchos jóvenes.

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