Recopilación de textos narrativos y poesías personales, disfrutad su lectura igual que disfruto yo llevando mis dedos desde su inicio hasta su punto y final.

martes, 31 de mayo de 2016

De abrir agujeros en el cielo

Voy sembrando balas en cada puñado de tierra,
voy dibujando senderos de pólvora que llevan a la zanja
para que al caer esta noche y de repente llueva
florezca disparos al cielo, florezcan ramos de metralla.
 
Voy atando manojos de globos con alambre de espino,
cometas de acero y rabia con colas de malos recuerdos,
voy haciéndole mella al cielo como las zarzas en un vestido,
vestido de dama oscura como una bandada de cuervos.
 
Voy haciéndole daño, púa a púa, bala a bala
casi tanto como el que sienten mis huesos
por ser yo el traidor que sin parpadear dispara.
Pero, ¿Cómo no romper esa piñata celeste?
allí donde un día dijiste que mandarías tus besos.
 
Tu me miras desconcertada y me preguntas...
-¿Es que no tienes amor bastante con los que te doy?
Y yo me río, a carcajadas al escuchar tus dudas,
yo los quiero todos amor, de los que dueño soy
pero también de los que escapan de tu boca
y sin dueño escapan más allá de la aurora.
"If I had a gun I'd shoot a hole into the sun" - Noel Gallagher
 
 

lunes, 30 de mayo de 2016

De etiquetas y atributos

Muchas de las decisiones que tomamos se basan más en aquello que se espera de nosotros que en reflexiones sobre nuestras capacidades o preferencias reales, llegamos a escoger un estilo de vida u otro solo porque es lo que corresponde a lo que nos señalan que somos, o para lo que valemos, pero ¿Qué valemos? ¿Qué somos?.
Ni de letras ni de ciencias

Me trinan los oídos de escuchar aquellas etiquetas como "tu no vales para las matemáticas" o "dedícate a la pintura, desde niño eras bueno pintando", da igual que unas suenen más peyorativas que otras, da igual que creamos que estamos fortaleciendo una faceta positiva de alguien, no dejan de ser un estigma con el que se insta a una persona a escoger un camino u otro, acotando sus facultades y su libertad de desarrollo, ¿Por qué alguien que sabe pintar bien no puede desarrollar sus capacidades matemáticas? ¿Por qué una persona con facilidad para la química no podría escribir poemas? A menudo solo porque les dijeron que su camino era uno u otro, porque le dijeron que se olvidara de un aspecto para hiper desarrollar otro, como si ejercitásemos a diario un brazo y dejásemos al otro en el olvido: Menuda atrofia absurda y sin sentido.

Según Howard Gardner existen múltiples inteligencias (musical, espacial, interpersonal, intrapersonal, cinestésica, lógica-matemática, natural y lingüística) pero eso no significa que una persona con buenas aptitudes en una de ellas sea malo en las demás, ni que exista un antagonismo ciencias-letras o intra-inter persona, en absoluto, las personas desarrollamos las múltiples facetas de nuestra inteligencia, y lo hacemos desde bien pequeños; Nacemos más "inútiles" que otras especies animales precisamente porque nuestra plasticidad cerebral es mayor, tenemos la capacidad de evolucionar, de avanzar y no quedarnos en las limitaciones que supone nuestra infancia, ¿Por qué acotar las posibilidades de una persona? Le decimos a los niños que deben jugar con pistolas y a las niñas con muñecas, les decimos que a las niñas se le dan besitos ¿Qué es lo que tememos para encasillar tanto a los individuos desde su tierna infancia?.

Y el problema es que no nos contentamos con encarrilar cualquier orientación en la infancia o la adolescencia, hay tantos universitarios que escogen una carrera porque les han dicho durante años que valen mucho para un campo pero no para otro, o que no tienen habilidades o capacidades para estudiar algo, que no es de extrañar el elevado número de fracasos estudiantiles en una edad en la que se supone que somos adultos, levemente maduros y que hemos escogido "lo que queremos estudiar".
No nos confundamos, los prejuicios, negativos o positivos son un peligro para el desarrollo de los individuos, bien por maldad o bien por ingenuidad cercenamos la propia evolución de las personas, pues un niño o niña, un hombre o mujer, evolucionan, cambian, se desarrollan por ramificaciones tan extensas e imprevisibles que me resulta un crimen "prohibir" a alguien estudiar algo porque de pequeño no se le daba bien, porque se le de mejor otra cosa, o simplemente porque ya es "demasiado mayor" para aprender algo... He estudiado en la UNED durante muchos años y son muchos los casos conocidos de personas que se han zambullido en carreras como la psicología a cualquier edad, aún cuando ya se habían jubilado y no tenían necesidad alguna; estudiantes de medicina, profesores de arte, militares, amas de casa, y un abanico extenso de otros ejemplos de cómo cualquier persona es más que capaz de adentrarse en los misteriosos senderos de una nueva disciplina.

Confieso que tengo pasión por una persona, más bien por dos, pero en este caso hablaré de una que hace años que falleció, se trata de Leonardo da Vinci, y no lo hago porque pintase la Gioconda, o porque sea un icono en el mundo del arte, sino porque aquel hombre abarcó tantas disciplinas como se propuso: Pintura, dibujo, arquitectura, ingeniería, anatomía, física... Este Italiano ejemplar me parece un genio por el alcance de algunas de sus obras, pero no me parece un semi-dios, no me parece tocado por un ángel o instruido por extraterrestres, sino una persona sin las limitaciones típicas del "no Leonardo, se te da bien pintar, olvídate de la ingeniería" o "Ya te hemos comprado los lienzos, ahora no quieras aprender a construir una máquina voladora"....
El mundo moderno ya nos encapsula demasiado, nos cincelan para que quepamos todos bien ordenados y sin salirnos de la cuadrícula, ¿Por qué contribuir a limitarnos aún más? Este no es el "mundo feliz" de Aldous Huxley, no hay por qué crear castas que nos imposibiliten el acceso a unas u otras.
Las etiquetas ciegan nuestras preferencias

Etiquetamos y dirigimos según nuestras propias preferencias, según nuestro propio interés hasta el mono que no se acercaba a los plátanos y no sabían por qué.
Llegamos al punto de apenas dejar que los niños o los adultos se equivoquen, que cometan errores y aprendan de ellos, si no dejamos que una persona se tropiece, dejaremos que esquiven la piedra como aquellos

Apoyemos a las personas que nos rodean, respaldemos sus decisiones, y que los consejos no se conviertan en raíles por los que empujar forzosamente su mente. El problema no está en equivocarse, sino en no aprender de los errores.

viernes, 27 de mayo de 2016

De terioro


Permanezco sentado en este salón olor a vela,
inmóvil, como el pequeño candelabro de plata,
que se fue tiñendo de rojo mientras se consumía
el último cirio que alumbraba nuestra estela.

Fuimos gastando cada cartucho y cada bala,
lanzamos tiros de sal que no mataba pero dolía
y como un fantasma que en silencio se cuela
no dejamos más que un escalofrío incómodo.

Permanezco sentado esperando la luz del día,
y tu al otro lado del sofá garabateas mi esquela
en un papel que casi arde con tu mirar de fósforo.

Fuimos haciendo jirones mas ajados todavía,
avivando las ascuas vencidas de nuestra hoguera,
tus brasas y las mías separadas por un Bósforo
y ambos esperando a ver quien es el que nada.

Pero ninguno cruzó ya el charco amor, ninguno,
ni siquiera nos mojamos los pies en un último intento
porque estábamos ocupados levantando un muro
para no ver lo inevitable, para no ver el sufrimiento.

Permanezco sentado, tu aún no te has dado cuenta
pero se ha acabado, mi reloj ya se quedó sin cuerda,
el tic tac se ha detenido, había óxido en las tuercas,
quizás se coló la sal de mis lágrimas por alguna puerta.

Fuimos bajando la voz, nos perdimos entre susurros
y al final solo éramos dos muñecos de trapo oscuros,
con el corazón desgastado y los cráneos bien duros
y a pesar de todo el llanto nos fue abriendo surcos.

martes, 24 de mayo de 2016

De caer en el abismo

Caímos en la trampa, como dos niños embaucados por golosinas, fuimos cayendo haciendo círculos hasta dar de bruces en un jardín de brea y asfalto reblandecido.
Teníamos el plan perfecto, no encontrábamos fuga alguna y hasta parecía unirnos más, ¿O acaso sería imposible avanzar con tanto sigilo? Todo lo que debíamos hacer era ceñirnos a lo establecido, caminar sin llamar la atención y continuar creciendo sin hacer demasiado ruido. Todo había comenzado con una sencilla e ingenua apuesta -¿Te atreves a ser feliz?- Le dije tras pasar toda la mañana dándole vueltas a la idea... Al fin y al cabo hacíamos un gran equipo, no tenía por qué salir mal, no tenía por qué permanecer solo planificado sobre un papel, así que nos dimos la mano (tal vez muy formal para nosotros, pero nos apetecía ser solemnes en aquel momento)...

Por supuesto todo plan exigía compromiso y confianza, ella sabía que cumpliría con mi parte y yo que era tan testadura que se negaría a no cumplir con la suya, los brazos del uno eran el arnés del otro y no era la primera vez que nos lanzábamos de cabeza en una empresa de gran calibre, lo cual nos brindaba un amplio conocimiento de qué cosas no debían hacer para lograrlo. Los primeros pasos eran sencillos, casi podría decir que seguían la línea de lo habitual en nuestras vidas: sonreír con cortesía, mantenernos ocupados y no hacer ninguna fiesta que llamara demasiado la atención. La dificultad venía cuando salíamos fuera, al mundo exterior, parecía que todo girase en torno a otros planes, en torno a otras aspiraciones muy diferentes ¿Podríamos lograr todos nuestros propósitos en un ambiente tan hostil? Desde luego merecía la pena descubrirlo, pero ello suponía disimular en exceso, fingir que compartíamos el mismo objetivo para no levantar sospechas y, sobre todo, mirar escaparates, había que mirar los escaparates, estudiarlos, analizar su contenido, algo que terminamos por dominar hasta el punto de poder compartir una opinión sobre éstos con tan solo echar un ligero vistazo.
-¿Algo interesante cariño?
-Nada, no hay nada que nos interese
-Sigamos pues.

Pero el problema de permanecer allí, de formar parte de toda aquella trama mayor, de aquella gran conspiración que nos hacía sentirnos diminutos, es que te podía absorber sin que te dieras cuenta, recordando a F. Nietzsche, Permanecer tanto tiempo luchando contra monstruos nos sumergía en el riesgo de acabar convertidos en ellos, y eso era algo por lo que no deseábamos pasar... pero sucedió, paulatinamente las miradas a los escaparates tomaron otro cariz, las conversaciones eran distintas y los planes más bucólicos se postergaban dando primacía a otros más superficiales y comunes. Si, fuimos cayendo como vencejos que descienden mientras aún seguían dormidos, ni siquiera se habían percatado de ello hasta que fue demasiado tarde, de repente sus preocupaciones giraban en torno a aquellos escenarios prefabricados, las proyecciones se mancillaban con compras innecesarias o planes escasamente motivadores ¿Qué podrían hacer? ¿Qué debían hacer?

Si querían sobrevivir, sobrevivir como individuos, debían apostarlo todo a una sola carta, arriesgarse a una decisión fulminante y tomar el camino que más adecuado era para ellos, su camino, no el de otros, no el que pudieran recomendarle desde un escaparate o el camino que más les identificara como personas únicas, sino aquél que les permitiera serlo, aquél que les concediera la posibilidad de ser ellos mismos, con sus sueños e ilusiones, con sus fantasías y pretensiones, aunque fuera desde la seguridad de su refugio.
-Estoy seguro de que volveremos a caer, ¿no lo crees?
-Si, tal vez amor, pero entonces aprenderemos a planear...
The fall of Satan - Gustave Dore (Paradise Lost)

domingo, 22 de mayo de 2016

De la vida en las trincheras

Versos escritos con tinta y pluma
de tinta oscura y pluma de alas negras,
versos que arañan la superficie del papel
para no arañar más las entrañas de mi alma....
 
Palabras acomodadas en el umbral de mi locura
con chichones en cada acento de golpear las rejas
que poco a poco van cediendo al peso del dintel,
versos de tintero y pólvora para ganar mi calma...
 
Debajo de este colchón ajado y flácido
atesoro más recuerdos que riquezas,
¡no deseo más sombras que las de su cuerpo!
su cuerpo perfecto eclipsando al alba...
 
Así pido descansar mi ser, tranquilo y plácido
como el sol cuando comienza a teñir las tejas,
como aquel busto de Palas y, sobre él, un cuervo,
vivir en paz, es lo que pido, no quiero nada...
 
Versos que salen deprisa desde sus trincheras,
de cada circunvolución cerebral bien pertrechada,
versos vaciando el arsenal saliendo a manos llenas
de rimas y balas, de estrofas y mucha metralla...
 
 

sábado, 21 de mayo de 2016

De caer en las sombras

Hay días en que la oscuridad se cuela dentro de mí
fría y sólida como una cuchilla de afeitar mellada.
Hay días en los que las sombras embriagan mis sentidos
 
helada, dispersa como una niebla que me impide sonreír
y me pregunto cual será el destello que atraviese mi alma
iluminando todos mis salones, todos mis rincones perdidos.
 
Hay días en los que alzo la vista buscando respuestas,
una mano todopoderosa capaz de disipar las nubes,
pero sigo aquí, invadido por esta obligación molesta
de confiar en una sociedad de la que desconfío,
 
de no creer en nada más allá de lo que pueda ver...
Y estos cansados ojos se merman en cada acto impío,
claudican una tras otra todas las plazas de mi esperanza.
 
Tal vez algún día me levante y pueda darle la espalda
a todas las tinieblas que pueblan este mundo extenso
como un sol que ignora toda la oscuridad del universo,
tal vez un día toda la brea que cubre mis pobres zapatos
se incendie para alumbrar cada uno de mis torpes pasos
como el halo de unos padres velando por la felicidad de sus hijos...
 
 

viernes, 20 de mayo de 2016

Pequeña excepción, os pido colaboración

Hola a Todos, no acostumbro a utilizar el blog para otra cosa que no sea escribir relatos o versos, pero en esta ocasión haré una excepción justificada: Necesito colaboración para un concurso de Microrrelatos en el que estoy participando.
Si pudierais, me gustaría que entraseis en el enlace: https://goo.gl/0Dv0CF  y votaseis por mi obra: "Buscando respuestas" y que lo difundáis tanto como podáis.
Si entráis en las bases podréis ver que no hay un premio económico, no pretendo obtener un beneficio lúdico con este concurso sino un incentivo para seguir escribiendo y compartiendo aquello que escribo, es muy importante para mí la posibilidad de obtener algún reconocimiento dentro de un concurso de este tipo.

Sin más, espero que me disculpéis, y lo dicho, entrad y votar por mi obra "Buscando respuestas", no os robará mucho tiempo y haréis mucho por este humilde escritor.


Un abrazo!

jueves, 19 de mayo de 2016

De una intrusa en mis días

Te inmiscuyes más allá de este desgastado córtex,
eres ese pensamiento amargo que no dice nada,
la idea estridente que hace chirriar todos mis resortes
y te deslizas tan natural y a la vez tan dolorosa
como el jugo del limón que por la herida resbala.
 
Te oigo elevándote por encima de todas las demás voces,
eres el susurro que tan pesado como el acero me atrapa,
la risa burlona que te hace odiar y a la vez temer al joker
y te deslizas como una procesión de anzuelos, lenta y tortuosa,
como cascotes que mi pobre razón difícilmente aparta.
 
Tu, como una plaga de langostas que chilla y muerde
vas carcomiendo mis neuronas, vas arrasando mi razón,
y qué razón llevaba el sabio que vestido de harapos
decía que feliz es el que menos sufre y no el que más tiene,
y yo, pequeño aprendiz por siempre, no olvido su lección,
que todos moriremos pero hasta entonces vivamos un rato.
 
Pero qué difícil empresa la de sonreír a cada momento
cuando tambores de guerra resuenan en ambos hemisferios,
qué difícil cuestión la de vivir en paz si tu cuerpo planta batalla,
cuando tu mas viejo amigo es también tu peor enemigo.
 
Levanto el vaso, y con codeína brindo y presto juramento:
"buen viaje amigo mío, mi fiel compañero de tedios,
ojalá que partas pronto y no me sigas allá a donde vaya"
Mi compañero incansable, que duerme y amanece conmigo...
 
Cierro los ojos y en esta mañana serena se que me esperas,
pero querida mía, mi odiada migraña, no es preciso que vuelvas,
soy un hombre sencillo y te ofrezco el mismo trato que al altísimo:
yo haré como que no existes, y tu mientras me dejas tranquilo...

lunes, 16 de mayo de 2016

De vuelta al infierno


Hoy he vuelto a ti, un día más estoy aquí,

postrado y con los ojos enrojecidos, hinchados,

el calor que brota de ellos parece competir

con la frialdad que encuentro al extender mi mano,

no hay respuesta, sólo este monólogo gris.


Si, he vuelto a ti, vestido de silencio y nada más,

tu no me escuchas y a mi no me sale ya hablar,

vestida de piedra, arropada por la eternidad.


Me quedo dormido otra vez a los pies de tu cama

mientras las horas se escapan, puedo verlas marchar,

ahí fuera corren deprisa ¿Por qué aquí dentro están heladas?

Pateo las manecillas en vano, se que tu no volverás,

no hay respuesta, solo esperar que me llegue a mí.


Si, me quedo dormido esperando a que pase el invierno,

tu te has marchado y a mi, a mi me ha atrapado el infierno,

vestido de polvo, ceniza turbia que no se lleva el maldito viento.
 
 

domingo, 15 de mayo de 2016

De verla sobre la hierba

Ella estaba tumbada en la hierba y hasta los jaramagos destilaban perfume cuando el calor de su cuerpo envolvía el manto vegetal de nuestro rinconcito de parque, ella estaba tumbada en la hierba y hasta los grillos afinaban sus cuerdas para ser la nana que durmiera aquella hada que encontraba un lecho en aquel, nuestro rinconcito de parque. Tumbada, como si fuera sencillo, como si del río dijeran que está postrado en la catarata que rezuma espuma y arcoíris, y sin embarga ella hacía que todo pareciera más simple, todo se tornaba de una gracia natural al amparo de su sonrisa... Cómo no, cómo podría haber algo que no pareciese sencillo al lado de aquella sonrisa, que no era obra de arquitectos, ni de pintores o escultores, al menos no de cada uno de ellos aislado.

Ella estaba tumbada en la hierba y hasta los rayos de sol parecían arrejuntarse en torno a ella, como un halo de luz dejándose eclipsar por su mirada tranquila, ella estaba tumbada en la hierba y hasta las briznas de hierba se escalaban entre ellas para dejarse eclipsar por su mirada tranquila. Tumbada, pero no dormida, y casi en un susurro me dijo -¿Por qué no me recitas algo?.

-¿Que te recite yo? como si fuera un ingenioso poeta,
como si pudiera quizás escaparse de mi puño y letra
algo que fuera digno para describir lo que en mí provocas
como si de todas las palabras pudiera escoger sólo unas pocas
para esbozar lo que mi corazón insiste en gritarte desde dentro
pero que al mirarte al ojos, lo siento amor, me falta el aliento.


Ella estaba tumbada y no había más poesía que la rima de sus lunares con mis dedos, no había más versos que un sin fin de pareados silencios que lo decían todo sin necesidad de pronunciar nada...

miércoles, 11 de mayo de 2016

De olores traídos por la lluvia

A hierro mojado me huelen tus dedos,
será de borrar con el simple roce de tus manos
las cadenas que me mantenían preso,
será de quebrar esta jaula de ser humano
y llevarme un poco más alto, un poco más lejos.
 
A café intenso me huelen todos los poros,
quizás interrumpimos nuestra merienda
y te perdiste entre mi piel a medio sorbo,
quizás mi cuerpo gastándote una tetra
para que acudas como el rebaño hacia los lobos.
 
A un otoño lleno de hojas doradas, tu pelo,
como perdido en un bosque de cabellos marrones
adornado de briznas áureas queriendo tocar el cielo,
como el verano queriendo usurpar estaciones,
y abrazado a tu melena, contigo amor, me quedo. 

lunes, 9 de mayo de 2016

De Fobos y otras historias

El ser humano, al nacer, muestra únicamente un temor: el miedo a caer, éste es el único rasgo de temeridad que una persona normal presenta recién nacido (lo cual parece bastante lógico si consideramos que instintivamente cree que sus progenitores lo protegerán de todo mal, y que solo debe procurar no caer de su regazo). No obstante, a lo largo de nuestra vida, vamos desarrollando una variada lista de miedos o fobias que  no tienen por qué coincidir con la de nuestro vecino o nuestra propia pareja. Entonces, ¿no es el miedo algo natural? ¿no es una respuesta de seguridad?.

Si y no, obviamente existen temores que desarrollamos como un mecanismo de autodefensa, como es el caso del miedo a las serpientes (a razón del peligro que suponen algunas de ellas) o el miedo a que un rayo nos fulmine en mitad de una tormenta (al menos en una situación donde la probabilidad sea considerable); pero muchos de nuestros miedos no son más que un mecanismo heredado, temores infundados por nuestros padres o nuestros modelos de referencia. ¿Cuántas veces nos hemos sorprendido desarrollando una animadversión hacia cualquier estímulo tal y como hacía alguno de nuestros padres? Y cuando hablo de mecanismos heredados no me refiero a una acepción genética e ineludible, sino a aquellas conductas que para bien o para mal dejan una huella inconsciente en los hijos.

Muchas veces he oído aquella misma historia en diferentes bocas, "mi madre nos reunía a todos en el sofá del salón y apagaba los electrodomésticos mientras rezaba a santa Bárbara...", "mi padre siempre salía corriendo cuando alguno de nosotros nos hacíamos una herida y salía sangre, nos dejaba allí sentados...", y tantas otras que han ido esculpiendo la personalidad y conducta de las personas. En mi juventud escuchaba a mucha gente decir "yo tengo miedo a..." o "me da terror ver un..." tantas veces que terminé por penar que yo también debía temer algo, así que pensé en cuál sería mi némesis, qué era lo que más miedo me daba.. y así, lentamente fui asociando a las arañas la idea de miedo y ansiedad, tanto es así que hasta no hace demasiado tiempo era incapaz de matar una araña yo mismo (y lo mas triste es que nunca me ha picado ninguna de las grandes a pesar de todas las veces que he dormido en el campo a la intemperie). Por suerte, hoy día puedo decir con relativo orgullo que machaco arañas con las manos, y hasta zapatilleo a algunas del tamaño de una moneda de dos euros (lo se, iré al infierno de los aplasta bichos).

Recuerdo con felicidad ciertos retazos de mi juventud, mi padre acostumbraba a llevarnos al campo los fines de semana, nos dejaba trepar a cualquier árbol, deslizarnos por el barro o construir fuertes entre los pinos, nos enseñó a mover con un palo largo las piedras antes de tocarlas para confirmar que no hubiera alacranes u otros animalejos molestos, pero nunca infundando miedo, supongo que pensaba que lo peor que puedes hacer es llenar el mundo de cosas que temer, ni siquiera cuando aparecíamos con las rodillas ensangrentadas o con un brazo dislocado se le ocurría entrar en pánico: Éramos niños, estábamos hechos para aprender de esa manera, descubrir el mundo antes de temerlo. Es comprensible que no debemos dejar que nuestros hijos jueguen a los superhéroes colgados de la ventana para descubrir que una caída de ese tipo es peligrosa, pero hay un trecho entre mostrar los riesgos y asustar, el mundo puede llegar a ser un lugar terrible y lleno de peligros, pero es mejor irlo descubriendo sin prisas, fomentar tanto como se pueda las capacidades de un niño y no limitarlo por nuestros propios miedos. Yo sufro de vértigo, no se si por alguna razón infudada o por problemas en el oído, pero jamás impediría que mi hijo subiera a un árbol o que se embarcase en su sueño de ser piloto de avión.

Desde la "pax romana" hasta los medios de comunicación actuales, pasando por cruzadas y Tomás de
Torquemada, cada forma de gobierno, cada religión y cada institución se ha valido en mayor o menor medida del miedo de las personas para controlarlas, no es ningún misterio que si controlas los temores de una persona, la controlarás también a ella, así que no es extraño que este haya sido el procedimiento escogido por tantos líderes. Como decía Nicolás Maquiavelo "hay dos formas de mantener el control en un estado, con el amor o con el miedo de tu pueblo",  y es por esta razón que considero que es tan importante educar a los niños de tal manera que sean capaces de afrontar sus propios miedos, protegerlos de aquellos que quieran inculcar la semilla del temor y hacerles conocedores de su propio potencial. Ya nos controlan demasiado, tanto un servidor que escribe, como aquél que decida leerme, posiblemente ya estemos más afectados de lo que creamos o queramos creer, pero tenemos la oportunidad de realizar cambios, y cuando digo oportunidad, implico a la responsabilidad, somos responsables de nuestros actos, de lo que decimos y de lo que callamos... Pues bien, ayudemos a construir un mundo sin miedos que lastren al ser humano y a la sociedad en la que vive.

Estoy cansado de fanatismos, de puertas que se cierran sin atreverse a ver siquiera qué habrá al otro lado, de personas que no hacen nada o que hacen demasiado movidos por el miedo. Desde la psicología, el miedo suele considerarse como una respuesta condicionada, una asociación de ideas que queda establecida en nuestras conexiones del mismo modo en que una respuesta innata pueda estarlo. Existe un fenómeno muy vinculado al tratamiento de las fobias conocido como "desensibilización sistemática", éste es un tipo de contracondicionamiento, es decir, se trata de desvincular el estímulo que nos causa miedo/asco a la respuesta ansiosa., una vez que la persona deja de asociar el estímulo (por ejemplo la tormenta) con la respuesta (ansiedad, pánico, histeria...), dejará de verse limitado o incluso incapacitado cuando dicho estímulo vuelva a aparecer. Si explico todo esto es por una razón, ¿A qué esperamos para desensibilizarnos? ¿Cuánto vamos a permitir que todos esos miedos nos incapaciten tanto a nosotros como a quienes nos rodean?.


Si nos liberamos de nuestros miedos, nos liberaremos de una poderosa herramienta de control sobre nosotros.

sábado, 7 de mayo de 2016

De montañas y riscos

Me hago montaña, al arribo del gentío,
De piel helada, me protejo con el frío 
Sin importar que la lava fluya por dentro,
Sin descubrir airadamente la roca ardiendo.

Me hago montaña, apilando los cascotes
Que me arroja el viento, yo levanto cien torres
Para verte venir esquivando la metralla,
Te haré un camino de piedras hasta mi playa.

Me hago montaña, y si Mahoma no viene, 
Más alto seré y que me vea aunque no quiera verme,
Visto mis dedos de arroyo de agua clara 
Seré montaña, mas para ti jamás seré agreste, 
Seré  la roca que se alce donde nadie moleste.

viernes, 6 de mayo de 2016

De tejados

Me disfrazo de tejas rojas para que vengas a anidar en mis brazos, para que tomes asiento en mis rodillas de arcilla cocida y para que en días de lluvia hostil vengas a buscar cobijo bajo esta piel de cañizo y barro...

Me disfrazo de viento cuando quieras alzar el vuelo, cuando te abrume la calma y cuando llegar mas alto se convierta en un quiero y no puedo, allí amor mío, seré viento por ti ...

Me disfrazo de todo, de nada, de pedazos de todas las cosas, para que nada te falte si quieres volar conmigo, para sembrar de plurales mi vida y cosechar un nosotros cada vez que vendimie en los lindes del sendero...

De contar (por descontado)

Uno, dos, tres, cuatro, silencio...
cinco, seis y siete, ¿Dónde estás?
te busco como al agua el sediento
ocho, nueve, no te entretengas
que vengo a pedir tu diezmo.
 
Uno, dos, tres, cuatro, jaurías de perros,
cinco, seis, siete fauces hambrientas
que muerden mi garganta por dentro
y zarandean la calma en sacudidas violentas,
mi voz, mi yo arrastrado a ras del suelo.
 
Uno, dos, tres, cuatro, arder o quemarse,
cinco, seis, siete, ya huele a fallas bajo la piel
como si cada verso hubiera querido quedarse
escondido entre mis huesos en puñados de papel
y a sorbos de ascua todo fuera a calcinarse.
 
Uno, dos, tres, cuatro... dedos roncos y manos temblando.

miércoles, 4 de mayo de 2016

De caladas y paradas - Parte 2

Le temblaban las piernas, se mantuvo por un instante en la acera contemplando aquellos bocetos que a escondidas le había hecho Roberto -Que osadía, ¿Cuánto me habrá observado?- Pensó mientras hacía memoria de todas las veces que a prisa se había cambiado de ropa sin correr la cortina, o el día en que olvidó la toalla en el dormitorio...

Con un largo suspiro retornó a aquél momento, a aquél lugar, deshizo el camino andado desde su portal, subió despacio las escaleras y entró en su piso dejando aquellos dibujos sobre la mesa del salón, entonces tomó un bolígrafo y un folio en blanco y, una vez frente al balcón, apuntó el nombre de una canción, conocía bien aquella canción, le encantaba... y quería compartirla de un modo especial.

Cuando por fin vio a Roberto asomarse nervioso a su ventana, le enseñó el nombre de aquella canción y le hizo señas para que la escuchara, mientras, ella la buscó en su móvil, era una de aquellas melodías que siempre la acompañaba cuando se iba a la ducha. Una vez cerciorada de que él la estaba escuchando, le dio al play en su móvil y lentamente comenzó a bailar, se movía despacio, como si el tiempo estuviera a merced de sus vaivenes y, si no era así, al menos para Roberto el tiempo se había detenido, no podía dar crédito a lo que estaba contemplando, la música de fondo le parecía lo más sensual que había escuchado jamás, una voz que se deslizaba por sus oídos igual que él ansiaba deslizarse por el cuerpo que ahora bailaba frente a él, sólo para él... Ella se hacía la despistada, ni siquiera reparaba en él excepto para confirmar de reojo que aquél observador no apartaba la mirada de su cuerpo.
-Me has observado sin permiso, bien... ahora vas a disfrutar de un espectáculo único, ¿serás capaz de dibujarme, querido?.

Aquellos movimientos se introducían en la mirada de su atento público, aquél subir y bajar se merecía mucho más que un puñado de garabatos en un papel, y sus manos difícilmente podían atender al cuaderno, apretaba con sus manos el borde de la ventana como si estuviera a punto de saltar, como si se planteara cruzar al otro lado, ¿De verdad debía contenerse allí? ¿solo podría mirarla en la distancia? Se mezclaban en su cabeza impulsos de odio y deseo, desesperación y anhelo, necesitaba sentir su piel, notar su respiración profunda recorriendo su cuerpo, pero estaba atrapado al otro lado del abismo, contemplando un espectáculo del que no podía apartar la vista, de tal modo que ni siquiera podía plantearse bajar a toda prisa y encontrar su piso antes de que su cuerpo explotara de ansia y, de repente, un relámpago atravesó su cuerpo, de repente aquella preciosa mujer se deshizo de su camisa con una soltura tal que más parecía que fuera la propia camisa la que se retirase por propia voluntad.

-Querido mío, quiero que disfrutes.. seguro que ya me habías visto así de pasada a través del salón algún día, apuesto a que aún te quedaba por ver esto..

Dejándose guiar en un vaivén sobre el marco del balcón fue dejando el pantalón cada vez más abajo, lentamente se convirtió en otra prenda más que descansaba en el suelo mientras ella seguía bailando y deslizando su cuerpo en cada atisbo de mobiliario cercano al umbral.. Ni siquiera reparó en si habría más ojos contemplando aquél espectáculo, no le importaba, ella bailaba para él, y el la observaba solo a ella, ¿Qué más daba todo lo demás?.

La tensión aumentaba a ambos lados de la acera, Roberto se obligaba a agarrar el dintel para evitar que sus manos fueran a parar a otra parte, y ella no dejaba de pensar en la siguiente prenda que iría a parar al suelo, ¿Qué le obsequiaría a la vista de aquél enigmático mirón? La solución a aquella pregunta se vio truncada cuando acabó la canción, era como si algo la obligara a demorar una y otra vez el éxtasis que su cuerpo le estaba pidiendo a gritos, no podía fingir que la música seguía, pues él la estaba escuchando al unísono, pero ¿Qué haría ahora? Todos aquellos impulsos que recorrían su piel y que la hacían estremecerse con violencia sobre el parqué nublaban el resto de sus sentidos, pero al pensar en qué querría su espectador se percató de que no estaba allí...

¿A donde había ido? Tal vez aquél hombre estaría desahogándose en su soledad, o quizás había aprovechado para dibujar en sus papeles los recuerdos de aquella danza privada, ¿O había espantado a su admirador?..
No podría esperar sentada, maldito vicio... necesito un cigarrillo

lunes, 2 de mayo de 2016

De Jugar en los tejados

Jugar a correr por las cornisas, saltando de teja en teja,
el truco está en no pararse, en que nada te detenga
pues si permaneces quieto demasiado tiempo
el peso de tu cuerpo hará que la teja caiga el suelo
y te llevará consigo sin importar cuan alto estuvieras
ni por cuanto tiempo en los tejados corrieras.
 
Pero a veces nos quedamos sin tejados,
nos topamos con un abismo ante nosotros
que difícilmente nos permitirá llegar al otro lado,
¿Saltar y rezar para que nos amparen los toldos?
Quizás jugar a que podemos cruzar el acantilado
y si fallamos, ¿Qué mas da? hemos reído y llorado,
hemos sufrido, pero ante todo, hemos jugado.
 
Jugar a contrarreloj, sin tiempo para reflexiones,
sin tiempo para tomar buenas decisiones,
tan solo la arena que va cayendo sin detenerse
y cubriendo tus pies si osas a no moverte...
Jugar a todo o nada, sin ases en la manga
tan solo una jugada escasamente elaborada
 
Saltar a lo desconocido...
y descubrir si fue un farol o ganamos la partida

domingo, 1 de mayo de 2016

De versos a una madre

Te recuerdo como en una noche estival:
recorrías nuestro hogar como estrella fugaz
y yo sin hablar demasiado te contemplaba,
pedía en silencio aquello que más deseaba
y como por arte de magia siempre lo cumplías.
 
Te recuerdo levantando sonrisas a tu paso,
con tu pelo recogido en una cola de caballo
y siempre de reojo mirándonos jugar,
a veces te unías y otras te limitabas a mirar,
aún hoy me pregunto en qué pensarías...
 
Y aún hoy sigues siendo mi dulce noche de verano,
cálida y mágica como la taza de café en la mano
que tanto demoraba en beber sentado en la cocina
solo por contemplar unos minutos más esa sonrisa...
 
Si algún día llego alto, madre, será porque me guio tu buena estrella,
será porque tuve los mejores padres que podría haber soñado,
por tantos días aupando y por tantas noches en vela,
si algún día llego alto, será porque nunca me has abandonado....
 
Siempre serán pocos los versos, los gestos o palabras con los que agradecer todo lo que has hecho por mí, por suerte se que no necesitas escucharme para saberlo, ni yo oírte para saber que siempre estarás ahí.