Los superhéroes poseen habilidades extraordinarias, aptitudes fuera de lo común y por eso les envidiamos, volar, telekinesis, regeneración instantánea... habilidades que por lo general se manifiestan desde el nacimiento de estos individuos, ese es el camino fácil de los héroes. Las personas que deben tomar la vía difícil, las personas reales, si son astutos aprenden a hacerse invisibles ante las miradas envidiosas y afiladas, se recuperan de cualquier piedra que le arrojen las manos anónimas o familiares, vuelan... vuelan por encima de envidias, celos o competiciones absurdas. Por eso pienso que la libertad no es tanto la capacidad de hacer muchas cosas, sino de poder hacerlas sin que nadie critique, infravalore o envenene cada una de tus acciones.
Supongo que por eso uno de mis héroes de cómic favorito siempre fue Batman, porque todo lo que sabe, cada una de sus habilidades, son fruto del entrenamiento, de la experiencia y de las múltiples caídas por azoteas y callejones; amparado eso sí por el poderoso caballero don dinero, pues en esta sociedad, y cada vez más, tu talento, tu habilidad y tus conocimientos se verán siempre limitados por el dinero que poseas o por lo que las personas piensen que pueden obtener de ti, como decía un dicho, "tanto tienes, tanto vales". El señor Bruce Wayne salvaba la oscura ciudad de Gotham una y otra vez gracias a sus caros artilugios, a sus múltiples vehículos y trajes que difícilmente habría podido obtener un chico del extrarradio; sin embargo, no puedo dejar de admirar la idea que siempre he extraído del hombre murciélago: Haz tanto como puedas, si tienes una virtud (heredada o genuina), aprovéchala, hazlo lo mejor que puedas y cuando no puedas mas, pregúntate si es aún el momento de rendirse. Como dijo el difunto Bob Marley: "La gente que está tratando de hacer este mundo peor no toman ni un día libre, ¿Cómo podría tomarlo yo? Hay que iluminar la oscuridad".
A menudo pienso que deberíamos vivir la vida como auténticos héroes, como si tuviéramos (y es que lo tenemos) el poder de cambiar el mundo y la responsabilidad para hacerlo lo mejor posible. Los héroes de los cómics y las novelas no se quedaban en casa pensando en lo difícil que sería el camino o las adversidades que encontrarían. El pequeño Frodo Bolsón recibió el anillo de poder, como herencia y carga por parte de su tío Bilbo y, aún sabiendo que sería perseguido, hostigado y conducido a la oscuridad más absoluta no se quedó en su jardín fumando y aprovechando los pocos días de luz que le podrían quedar a esa tierra; Luke Skywalker no decidió esconderse en las arenas de Tatooine mientras el imperio subyugaba a toda la galaxia. Tal vez suene altivo, pero.. ¿Cómo iba uno a quedarse sentado en casa entonces sin hacer nada? ¿Cómo no buscar el poder que guardamos dentro y desarrollarlo tanto como nos sea posible y hacer que nuestro paso por este mundo no sea tan irrisorio y efímero como el trazo de la serpiente que se desliza entre las dunas del desierto?.

No, amigos, rendirse no es una opción, y tampoco lo es conformarse, no cuando sabemos que podemos hacer mucho más, no cuando nos han hecho crecer a la sombra de tantos héroes y heroínas, no cuando es ya algo indiscutible que somos capaces de curar nuestras propias enfermedades con el potencial increíble que guarda nuestro cerebro, no cuando a diario los hay que convierten su don en malicia y en una corriente oscura que envenena y corrompe el mundo. Merece la pena descubrir hasta donde somos capaces de llegar, solo para sorprendernos a nosotros mismos de lo equivocados que estábamos...
Por último, en esta entrada de nombres y apellidos, de referentes y ejemplos, no puedo irme sin parafrasear a Tupac Amaru Shakur (2pac) : "No estoy diciendo que voy a cambiar el mundo, pero garantizo que encenderé la llama del cerebro que si lo hará".
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