Despacio y con suavidad voy vistiéndote de versos,
tu me desvistes y dejas caer la camisa al suelo
como una brisa de verano que alza mis cabellos
y los hace desfilar alrededor de tu cuerpo.
De rimas y estrofas acompasadas adorno tus oídos
mientras el desacompasado tambor de mis latidos
va llamando a filas al clamor de tus suspiros,
y así termina la razón por rendirse ante los sentidos.
De susurros, de elogios y prendas innecesarias
va agolpándose el rincón de la habitación,
se han atrincherado al oír llegar nuestras arias
que sin orden ni protocolo se escapan desde el colchón.
De miradas, de tus ojos clavados en los míos
como arpones arrojados en mitad de la tormenta,
como puntos de sutura entre tu alma y la mía,
Mis pupilas se derriten sin remedio, se hacen ríos
donde tu voz de plata se hace dueña y navega.
De eternos prados colmados de lunares,
de sus caminos y veredas me hago peregrino,
dibujo el mapa de todos tus lugares
y romperlo un día más o fingir que lo he perdido,
solo para volver a pintarlo haciéndome el despistado.
Desnuda, expuesta y vulnerable descansa,
mi alma, por supuesto, cuando me siento en casa,
cuando me rodean tus brazos y se que estoy a salvo,
cuando te acercas a mi oído y me susurras..
"Me haces feliz, y solo tu sabes cómo lograrlo".
Muy bien Pablo. Lo comparto porque me parece que muchos de sentirán identificados.
ResponderEliminarq lindo! me gusta mucho entrar x aqi y encontrar cosas asi
ResponderEliminarrealmente bueno
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