La quiero amor, la quiero dentro de mí, invadiendo los salones de mi alma en desmedida ocupación.
La quiero en cada rincón, en las paredes, en nuestra siesta y en las meriendas de café y pasión.
Déjame ser susurro escueto, como habitante de las profundidades de tu aliento. Déjame ser aquel susurro que no se decida a desprenderse de tus labios y que se aferra entre tus labios como si más allá de tu piel no hubiera más que un perpetuo invierno.
M encanta lo de susurro escueto... Y el final. Que todo mas alla de esa pesona sea solo invierno
ResponderEliminarGracias Antonio, tengo la mayor de la inspiraciones a mi lado.
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