Estábamos sentados en la terraza de aquel café,
su mano se había recostado sobre mis dedos
y mi sonrisa se había esparcido sin remedio
a lo largo y ancho de aquella concurrida calle,
pero de repente ni todo el fuego de aquella mirada
pudo evitar que hasta el fondo de mi alma se helara..
Entre toda la gente que recorría aquellas aceras
apareció el fantasma de antiguas primaveras
con aquellos vaqueros desgastados y una sudadera,
tarareando alguna de sus canciones preferidas,
oh dios... casi había olvidado aquellas letras
y cuanto me identificaba con todas esas historias.
Pero ahora estaba allí sentado, con sueter y camisa,
había encontrado el amor, y acariciaba mi mano,
escribía cuando podía, aunque solía ser a toda prisa
y hablar de sueños y no de planes se hacía raro
porque los sueños podían volar como el polvo de tiza,
podían arder como balas de paja en verano.
Ella le miró preocupada, pero llena de comprensión,
-No somos quienes fuimos amor, ya nunca lo seremos,
pero eso no tiene por qué desvanecer nuestro sueños-
-Tienes razón, mi estrella del Norte, tienes razón,
pero a veces se hace tan difícil saber quien soy yo
que no puedo evitar mirar atrás buscando explicación...
Nos hemos perdido tantas veces y tantas reencontrado
que mi historial mental parece un cuaderno de viajes
donde cada vuelta de hoja es otro nudo en el entramado.
Nos hemos pasado la vida buscando sin rendición
algo que no sabíamos si existiría, pero queríamos,
la voz que nos abrigara cada noche sentados en el sillón.
A menudo me pregunto, nos preguntamos...
¿estaré tal vez en el lado equivocado?
pero el cruce de miradas nos confiesa
que no podríamos estar más acertados,
tus manos y las mías son todas las piezas
que en este rompecabezas de vida necesitamos.
Como dos locos que solo acarician la cordura en mutua compañía,
como dos gorriones que vuelan mas lejos cuando baten juntos sus alas,
la corriente que crece y arrastra los cantos rodados y la madera podrida
cuando dos ríos convergen y sueñan llegar juntos a la misma playa...
Hemos cambiado, como decía aquél notable.. "nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos", pero seguimos luchando, seguimos soñando, tropezando y levantándonos, seguimos buscando algo más que lo aparente, seguimos creyendo que hay personas entre la gente...

