A orillas del tiempo se mecen mis recuerdos,
como ramas y palos en la cala del naufrago,
ramaje de espinas, troncos y algo de paja fina,
a orillas del tiempo, donde a veces me detengo
y observo pausado lo que la marea ha arrastrado,
varas perdidas y los retales de toda una vida...
Voy construyendo despacio mi balsa, sin prisa pero sin pausa,
examino todos los astros, los antiguos y los recién llegados,
y memorizo cada ola que un día me estrelló contra las rocas,
anoto cada paso dado, así los buenos como también los malos,
lo escribo todo, delirios y palabras recogidas entre mis notas.
Me voy haciendo consciente, voy perdiendo la razón en cada renglón,
ese es el precio de escribir lo que uno siente, de hacer tangible el alma,
pero lo volvería hacer si naciera de nuevo, volvería a escapar de la razón,
como ave que canta para alejarse del orden y la lógica de su pequeña jaula.
Escribo y no serán versos lo que rimen, sino los latidos de mi corazón.
A orillas del tiempo, del maldito y caprichoso tiempo,
que nos arrastra y no perdona, que devora las horas
y nos hace encallar una y otra vez azotados por el viento,
a orillas del tiempo voy dejando susurros en las caracolas,
les dejo jirones de mi vida en prosa y sobre todo en verso
para preservar una parte de mí cuando me lleven las olas...
Alegoría de la vida. Oh tiempo dame tu secreto que cuanto mas viejos nos hacemos tú eres más nuevo...
ResponderEliminarY cuanto más tiempo pasa, más ignorantes nos sentimos!
EliminarAlegoría de la vida. Oh tiempo dame tu secreto que cuanto mas viejos nos hacemos tú eres más nuevo...
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