Recopilación de textos narrativos y poesías personales, disfrutad su lectura igual que disfruto yo llevando mis dedos desde su inicio hasta su punto y final.

sábado, 23 de julio de 2016

De tenerte cerca

Hay besos que me duelen, y son aquellos que no puedo darte,
hay caricias que arañan mis dedos, las que no llegan a tu cuerpo,
se me traban las manos entre los alfileres que trajo el aire,
ese aire que me separa de ti aunque solo sea por un centímetro.

El viento, que me abrasa cuando no conoce de tu carne,
golpea como el hombre que jamás sintió amor en sus adentros,
como la mujer que aún no ha encontrado a quien la ame
y cuando sabe de ti me trae aromas de café y libros nuevos.

Existen noches que parecen una eterna caída por un pozo,
son aquellas en que tu cuerpo no descansa en la misma cama,
como Alicia cayendo por la madriguera de conejo, me encojo,
me hago diminuto cuando al otro lado no encuentro tu cara.

El vértigo, inundando mi cuerpo cuando no te tengo cerca,
me tambalea y me hace zozobrar como una tacita de té
que surca un mar de lágrimas sin timón, mástil ni vela,
tan solo una bandera donde voy escribiendo todo lo que sé.

Te escribo para tenerte más cerca, aún cuando ya te tengo al lado,
te escribo para coser tu alma y la mía con los ojales de cada verso,
amarro mis deseos a los tuyos, un nudo de alondra y después un lazo,
suelto el lápiz, lanzo un par de cabos más y te agarro con un beso.

sábado, 16 de julio de 2016

De calas y naufragios

A orillas del tiempo se mecen mis recuerdos,
como ramas y palos en la cala del naufrago,
ramaje de espinas, troncos y algo de paja fina,
a orillas del tiempo, donde a veces me detengo
y observo pausado lo que la marea ha arrastrado,
varas perdidas y los retales de toda una vida...
 
Voy construyendo despacio mi balsa, sin prisa pero sin pausa,
examino todos los astros, los antiguos y los recién llegados,
y memorizo cada ola que un día me estrelló contra las rocas,
anoto cada paso dado, así los buenos como también los malos,
lo escribo todo, delirios y palabras recogidas entre mis notas.
 
Me voy haciendo consciente, voy perdiendo la razón en cada renglón,
ese es el precio de escribir lo que uno siente, de hacer tangible el alma,
pero lo volvería hacer si naciera de nuevo, volvería a escapar de la razón,
como ave que canta para alejarse del orden y la lógica de su pequeña jaula.
Escribo y no serán versos lo que rimen, sino los latidos de mi  corazón.
 
A orillas del tiempo, del maldito y caprichoso tiempo,
que nos arrastra y no perdona, que devora las horas
y nos hace encallar una y otra vez azotados por el viento,
a orillas del tiempo voy dejando susurros en las caracolas,
les dejo jirones de mi vida en prosa y sobre todo en verso
para preservar una parte de mí cuando me lleven las olas...
 
 

jueves, 14 de julio de 2016

De segundos padres

No me disteis la vida, pero si engendrasteis mi razón de vivir,
no me acunasteis, pero trajisteis al mundo mi absoluta calma,
no secasteis mis lágrimas, pero me disteis motivo para ser feliz,
ella por la que puedo decir que ahora tengo completa mi alma.
 
De todas las inmensas probabilidades, de todas las casualidades,
ella nació, y fuisteis vosotros quienes cambiasteis sus pañales,
fuisteis quienes vivieron sus primeros pasos, sus primeras vocales
y hoy que camina a mi lado, debo al menos dar las gracias a sus padres.
 
Gracias por sus ojos, tan enormes, preciosos y almendrados,
por sus manos de artista, os doy las gracias, por su sonrisa,
gracias por esos labios que son ríos de vida emparejados,
por su voz hermosa que se cuela en mi pecho como una brisa.
 
Cuantas veces oí decir, esto es de tu padre, esto otro de tu madre,
cuantos de sus originales pétalos son germen de vuestras dos partes,
como el ave fruto de dos semillas que crece esbelto y admirable,
pero en el fondo único como cada viento que en sus alas baile.
 
Doy gracias a cada azarosa reacción que da lugar a la vida,
a cada bifurcación que tiene por consecuencia sus detalles,
sobre todo a aquel momento que compuso el compás de su risa,
como una melodía que solo ella interpreta, para que yo la baile.

martes, 5 de julio de 2016

De solación y polvo.

Anoche el cielo brillaba con gran intensidad,
en las calles todos corrían como emocionados,
jamás había visto luces tan intensas en mi ciudad,
yo creí que Dios nos estaba haciendo un regalo...
Pero me equivoqué, anoche Dios no vino a vernos,
no vino a ayudarnos, no nos dijo donde escondernos,
guardó silencio mientras aquellas estrellas fugaces
caían sobre las casas del barrio donde yo vivo,
tan sólo escuchaba la angustiada voz de mis padres
rezando porque alguien nos evitara aquel destino.
Pero nada cambió, otra estrella fugaz se llevó el salón,
no vino a darnos calor y sin embargo todo ardía,
llenó de escombros la calle y nos vistió de desolación,
yo iba vestida de azul, como el mar durante el día.
 
Descubrí un sendero entre los cascotes y los escombros,
oigo una voz cercana y rezo esperando que sea mi padre,
el siempre nos levantaba del suelo y nos cogía a hombros,
me limpiaba el vestido y decía -No hay por qué preocuparse-.
Pero estoy preocupada, no es mi padre a quien encuentro
sino a un par de bomberos que me encuentran a tiempo,
a tiempo de preguntar ¿por qué? antes de caer al suelo.
Puedo sentir sus brazos, me están llevando en volandas,
quizás sea un ángel que ha bajado desde las nubes
para llevarme con el, pero es un ángel que no lleva alas,
va vestido de blanco y en sus manos unos guantes azules
No hay rastro de papá, mamá tampoco está aquí fuera
escucho a mi amiga Fátima llorando junto a su abuela,
¿Qué hemos hecho para que se cuele en casa la guerra?
 
Huele a hierro y a polvo, aunque la gente dice que huele a miedo,
y aunque ha amanecido todo parece más oscuro, más siniestro,
somos víctimas de una guerra, peones en un juego que no entiendo.

lunes, 4 de julio de 2016

Del status quo - Parte 1

¿Y si te dijera que el equilibrio en nuestro mundo no se mueve entre nuestros dedos? ¿Y si te contara que el cielo no quiere preservarlo a toda costa o que el infierno no es tan siniestro como creías?

Existen muchas fuerzas que agitan los pilares del mundo que conocemos, fuerzas que actúan al margen de nuestro concepto tradicional del bien y el mal, y que buscan, por encima de todo, destruir todo lo que nos rodea para poder construir una realidad conforme a sus retorcidos antojos. Hace muchos años que la corte celestial dejó de manifestarse a través de milagros, estigmas y visitaciones, algunos dicen que esto sucedió cuando el ser humano comenzó a ser capaz de seguir las huellas que los ángeles dejaban tras su presencia, otros mantienen que simplemente se aburrieron de nosotros... Pero lo cierto es que nos han abandonado, se han refugiado en la ciudad de plata más allá de nuestros dispositivos de rastreo y ya no responderán a ninguna llamada desde la tierra.

Pero entonces, ¿Por qué aún no nos hemos sumido en el caos? ¿Qué nos mantiene a flote? Lo crean o no se debe al mismo que una vez fue abandonado por los celestiales, el mismo que cayó a las profundidades de la tierra y tras todo este tiempo sigue haciéndose la misma pregunta: ¿Por qué?. Lucifer camina entre nosotros, nos vigila como ovejas descarriadas mientras los lobos acechan, nos protege de una situación que ni siquiera alcanzamos a comprender. Como él, fuimos los predilectos, como él fuimos abandonados, y quizás, como él descubramos que hay mucho más poder en nosotros de lo que se atrevieron a confesarnos.

Sombras, pesadillas, el caos andante, tratan de desestabilizar todo aquello que conocemos, ellos se alimentan de nuestra confusión y de la incertidumbre, saben que cada vez más la humanidad va perdiendo la fe en lo divino, y aprovechan cada oportunidad para adentrarse y sembrar su semilla de destrucción, embaucan a las almas desorientadas y las obligan a azotarnos, a poseernos, nos hacen creer que otro es nuestro enemigo, pero lo cierto es que nuestra última esperanza surgió desde la oscuridad para alumbrarnos...

domingo, 3 de julio de 2016

De encadenarse a la libertad

Solo amarrado a ti, solo anudado a tu sonrisa
encuentro alguna libertad recorriendo mi vida,
toma cuantos grilletes quieras, espósame al sillón
o llévame cogido de la mano hasta nuestro rincón.
 
He atravesado los ríos profundos y he trepado las montañas esbeltas,
he recorrido las grandes carreteras y al llegar al final me di la vuelta
convencido de que no importaba cuanto avanzase, nunca estaría en casa
pero entonces tropezamos por los anchos pasillos con la mirada despistada
y manchas de café salpicadas adornando cada hoja de nuestros apuntes...
Pero entonces tropezamos con los brazos abiertos por culpa de las heridas,
convencidos de que aún debía quedar magia, que aún podía haber alegría.
 
Nuestras manos se juntaron con fuerza y sus líneas de la vida se anudaron
con rizados rizos, complicados lazos que iban y venían de aquí para allá
a veces tanto que sin darnos cuenta terminaban por hacernos tropezar,
Nuestros corazones inventaron un nuevo himno y sus latidos se acompasaron
con canciones que eran gestas de héroes y marchas para la batalla,
a veces a destiempo, a veces despacio y otras, las más, aceleradas.
Nuestra vida se convirtió en una aventura que ninguno antes imaginamos.
 
Solo atrapado en ti, entre los mechones de tu pelo
encuentro mi libertad y mi mayor consuelo,
toma tus cabellos y trenza una cuerda para amarrarme
o teje un colchón de tus hebras donde yo pueda amarte.
 

sábado, 2 de julio de 2016

De brillar entre la multitud

Aún en la multitud, tu te alzas como el álamo esbelto
que con su clara corteza se erige majestuoso y bello.
Aún en el bullicio, tu te distingues como la canción
que no se escucha por los oídos sino por el corazón.
Aún entre mis dedos cubiertos de tinta y tinieblas
tu te abres camino como el arado que separa la tierra
y encuentra el lugar idóneo donde dejar su semilla.


Me pierdo, entre la multitud de tus lunares yo me pierdo,
y descubro que solo errando en tu piel pierdo el miedo.
Me sumerjo, en el bullicio de tu pelo azotando el viento
y escuchando el murmullo de tus cabellos me entretengo,
Me divido, cavo mil zanjas en mi cuerpo y me divido,
y me siento a esperar que tropieces, aunque sea por descuido,
a que caigas por la madriguera y vengas a alegrarme el día.
 
Aún cuando el sol chirría al colarse a través de nuestra ventana,
yo me alegro amor si nos pilla tomando nuestro café de la mañana.
Aún cuando el tiempo va arañando con sus manecillas de plata
y se clava despacio haciendo mella hasta lo más hondo de la calma
yo me alegro amor si nos pilla agarrados el uno al otro con fuerza,
volteando el reloj y listos para encajar lo que quiera que venga.
 
 
Me visto de luna, amor, me visto para hacerle sombra al sol,
que no queremos más calor que el que brota de nosotros dos,
Destejo segundo, querida, destejo instantes eternos de la vida
para darle más tiempo al tiempo, para llenarlo de nuestra alegría
y si se acaba el café nos beberemos a sorbos el uno al otro amor mío,
nos beberemos como el pez que por vivir devora lentamente su río.