Recopilación de textos narrativos y poesías personales, disfrutad su lectura igual que disfruto yo llevando mis dedos desde su inicio hasta su punto y final.

viernes, 20 de noviembre de 2020

De lejos te quiero ver, humanidad

   De lejos, humanidad, tan distante que no me sienta parte de tí,

prefiero caminar del revés que confundir mis huellas con las tuyas,

porque los peores rostros del ser humano se han vuelto tan normales

que hablar de escoria humana a veces me suena hasta redundante...

 

Nos hemos acostumbrado a vivir tan rodeados de este cieno gris

que con demasiada frecuencia olvidamos que bajo toda esta hulla

hay flores que luchan por salir y abandonar un día estos cenagales,

pero da igual como lo diga, porque para ti sólo tú eres importante... 

 

Así que deshumanizarme si queréis, murmurad lo extraño que soy

y romped a reír altivos mientras el fango chorrea por vuestra comisura,

idólatras de vuestro propio reflejo, inquisidores de los anormales...

que de la mascarada y el baile de sombras yo ya he tenido bastante   




Pablo León Alcaide

lunes, 7 de septiembre de 2020

De monstruos y desgarros

Despierto aterrado en mitad de la noche
con un escalofrío que sube desde los pies,
deseando gritar y salir corriendo de aquí,
pero guardo silencio por si acaso me oye
el monstruo que habita bajo mi piel

A veces se acurruca en mi cabeza
y acaricia cada uno de mis pensamientos,
me pregunta amablemente si puede salir
y promete mantener en pie la tregua
entre sus deseos y todos mis miedos

Me mantengo encogido en mi propia cama,
incapaz de abrir los ojos ni una rendija
por si descubro que ahora está él ahí
y es mi voz la que ha quedado atrapada
como un espectador de mi propia vida

A veces me pregunto si existe una salida
para él, para mí, para recobrar la cordura
o si en el fondo quiero que se aleje de mí
esta voz que algunas veces llamo enemiga
y otras es un destello en mi noche oscura

Puedo sentir sus dedos recorriendo mis sueños,
sus uñas arañando al filo de la oscuridad,
él susurra palabras que me hacen sufrir
y aunque lo oigo reír en mis adentros
aún me pregunto si me dice la verdad...


Imagen de Syaibatulhamdi en Pixabay


 

Pablo León Alcaide

martes, 1 de septiembre de 2020

De rribado por su voz

Oigo tu voz infinita inundando mis pensamientos,
atravesando mis defensas como un disparo
que sonríe y desgarra toda estabilidad mental.
Te oigo en cada encrucijada y en los buenos momentos,
sin perder oportunidad de recordar todo lo malo,
sin perder ocasión de mover mis fichas una casilla más atrás...

Esa maldita voz tan familiar como las heridas de mi cuerpo
que me rodea de espejos y me hace sentir tan raro,
que me susurra mentiras y grita la jodida verdad.
Me atrinchero, saco espinas y me endurezco,
pero ¿De qué sirve el esfuerzo y tanto despilfarro...
cuando se trata de luchar contra el enemigo que llevas dentro?


 

Pablo León Alcaide

viernes, 1 de mayo de 2020

De firmamentos

Que no, que no nos olvidamos de nuestros ojos,
tan solo dejamos de mirar al mismo universo,
y que el Big Bang que me estalló aquí dentro
forjó una estrella con restos de infinitos rotos

¿Para qué? Para iluminar el sur en el firmamento..
No para guiar ni alumbrar el camino por andar
sino para que siempre encuentres una luz encendida
cuando vuelvas hacia atrás la mirada en noches oscuras

Que no, que no regamos la distancia con silencios,
tan sólo dejamos de hablarnos sin mover los labios,
como aves que aprenden a andar después de surcar el cielo

 


Pablo León Alcaide

lunes, 2 de marzo de 2020

De nuestros mares

Son tantos los mares que nos debemos...
yo a ti de lágrimas derramadas en el suelo,
tu a mi de silencios neciamente abultados,
que al final todo este valle se fue secando
y no quedó más que torrentes empedrados.

Son tantos los navíos que quedaron varados..
unos por seguir cantos de sirenas entre las rocas,
otros por huir de la única luz que podría salvarlos,
que al final solo supieron de quebrantos las olas
y no quedó más que un sueño hundido en el barro.

Son tantas las noches de agua salada en los huesos..
sobre los tuyos, brotando de una mirada desgastada,
sobre los míos, atragantando una voz que no decía nada,
que al final sencillamente y sin remedio.. nos ahogamos
y no quedó un lugar donde el salitre no hiriera en los restos





Pablo León Alcaide

domingo, 24 de diciembre de 2017

De un respiro en días exhaustos

Quedate a mi lado al menos un día más,
tan sólo necesito otras siete vidas
para compensarte por todo lo que me das,
por adornar toda mi vida de sonrisas
aún cuando ahí fuera todos los vientos
quieren pintar de cenizas y escombros
cada una de las paredes de nuestra alma.

Quedate aquí, yo cabaré trincheras con mis manos,
desde nuestro hogar hasta más allá de los agravios,
tu pinta esta brecha con el calor de los veranos.
Daremos la patada al reloj, inventaremos los horarios,
y disfrazaremos de primavera los fríos inviernos
para salir al mundo enseñando hasta los hombros,
que todos descubran que no escondemos nada.

Quedate justo donde estás, a un centímetro de mí,
y a la vez a un millón de años luz de años luz
de este mundo perverso y tan lleno de color gris.
mantente a salvo, mantenme con vida siendo tu,
porque ni sogas ni escaleras, es tu mundo interno,
el que me rescata de los fosos más sombríos y hondos
y me llena de luz como el primer rayo del alba.

Quedate como siempre fuiste, hogar de mimbre,
contra viento y marea, contra palos y piedras,
que se dobla pero al que jamás verás partirse.
Eres refugio, eres inspiración aunque no quieras,
la razón por la que crecen y trepan las hiedras:
tratando de alcanzar la flor más bella y radiante,
tratando de acariciar su tez aunque sea un instante.

Quedate como lo has hecho cada día, como un faro que guía
como un libro que apasiona, que ilustra y me ilumina,
o al menos deja que me quede a tu lado, cada noche y cada día,
deja que te acompañe aunque sólo sea toda mi vida...
Happy teen couple holding hands


Pablo León Alcaide

sábado, 9 de septiembre de 2017

De lo que nos queda

De mí solo queda mi nombre, y es algo que nunca me ha gustado,
de mi piel, cicatrices nuevas, y quizás un poco más salado.
de mis huesos, lascas y esquirlas que, como siempre, crujen,
las hojas del calendario hacen mella, me crean y me destruyen.
Y poco a poco confirmo mi sospecha, el problema no es envejecer,
sino hacerlo sólo por inercia y no porque ansíes crecer y crecer.

Sigo escuchando la misma canción, pero ya no es como antes era,
hoy me contempla y ya no es paz lo que infunde por mis venas,
es una plegaria al infinito, un ruego enloquecido y tan desgastado
como un hombre que navega a la deriva y con el timón trabado.
Y aún así vuelvo a escucharla una y otra vez, reinicio y espero
que en algún momento haga su magia, que deshaga todo este enredo.

De mí hay sembrado un jardín en alguna parte de mis pensamientos,
semillas de lo que fui, de lo que intento ser y de lo que siento.
Unas florecerán, otras no mostrarán sus tallos ni una sola primavera,
y las que mostrarán sus pétalos sólo para morir un instante después,
regadas con sal, arropadas con la agreste envoltura de la maleza.
A veces voy allí, contemplo aquel oasis perdido y rompo a llover.

Sigo escribiendo, sigo drenando mi ser por el extremo de mis dedos,
y continúo sintiéndome aliviado a medias, al menos por un instante,
me olvido de la vulgaridad, me quedo aislado con mis pensamientos
en un intento por encontrar el orden sacándolo todo a este escaparate.
Me arrojo ante los focos pero todo en mí parece oscuro, sólo saco en claro
que debo estar perdido, a la deriva en un mar de dudas y lejos del faro.

Todo me sobrepasa y me sobrecoge, todo es demasiado...
¿O será que a cada paso me vuelvo un poco más enano?
Vuelvo a sentirme entumecido, a guardar niebla en los bolsillos
y a cosechar inviernos en cada esquina de mi cuerpo.


Pablo León Alcaide