A veces caigo en un dilema afortunado, una cuestión que me ronda la cabeza, y es que no logro decidirme, ¿Cuál es mayor suerte? si poder amar a alguien en tu vida y darle lo mejor de ti y hacer cuanto este en tu mano por ver crecer y sonreír a esa persona, o si será el sentirte amado de esta forma, sentir cómo la luz que brota de sus ojos es capaz de atravesar muros y puertas para dar de lleno en tus pupilas...
Amar o ser amado, darlo todo o recibirlo todo sin condicionales, sin intereses ni otros menesteres...
Pero entonces ella cruza la habitación, me sonríe, yo le sonrío... y recuerdo que lo mejor que te puede pasar es amar a la persona que te ama, entregarte por completo sin miedo y sin pedir nada a cambio y aún así recibirlo todo...
Tan solo soy un pobre diablo, una hoja de acacia caída entre cerezos... pero soy un diablo que sonríe, una espina que crece, florece y poco a poco deja ver sus frutos... Cada mañana ella sonríe al otro lado de mi cama, aquellos dos perennes árboles que me trajeron a este jardín siguen arrojándome su sombra con cariño, siguen azotando sus ramas cuando descarrilo... y por más que pasen los años, no dejan de ver en mi nudoso tronco el mismo retoño escurridizo. Miro atras con cierta mezcla de tristeza y compasión, todos los errores, todos los tropiezos y algún que otro acierto que han abonado mis pies en este camino enrevesado, como dirían algunos: "pudo haber sido peor"...
Pero aquí estoy, tras muchos esfuerzos soy un hombre graduado, soy un hombre que ha cumplido un gran sueño, y que aún tiene muchos por cumplir; aún con los mismos achaques y quebrantos que hace una década y quizás algunos más que se han unido en estos años, y soy feliz, lo admito, soy muy feliz.
Ahora se que puedo hacer grandes cosas, que hay cosas que importan mucho, y otras que no valen nada, que hay personas imprescindibles y un montón de gente que viene y desaparece. Dicen que querer es poder, que quien quiere avanzar mueve los pies, y quien no, dejará que la marea le arrastre sin ofrecer resistencia... Quizás no podamos hacer todo lo que queremos, pero si podemos querer aquello que hacemos, disfrutar tanto y más lo que hagamos, entregarnos a cada día, a cada hoy, porque no volverá a repetirse...
Así que si a alguien le interesa la opinión de este joven psicólogo, os diré algo: Vivid hoy, soñad con el mañana y dejad de agarrar el pasado como si aún estuviera presente. Vivid acordes a vuestra propia moral, sed honestos con vosotros mismos porque nadie tiene por qué compartir vuestra manera de ver las cosas, nadie tiene por qué soportaros... Nadie excepto vosotros mismos, y no hay nada peor que tener el enemigo en casa.
Sonreid, y si no sabeis que paso dar.. recordad, siempre hacia adelante.