Recopilación de textos narrativos y poesías personales, disfrutad su lectura igual que disfruto yo llevando mis dedos desde su inicio hasta su punto y final.

jueves, 8 de septiembre de 2016

De mi sutil existencia.

Quería existir, sentir que existía, y para eso necesitaba dejar alguna huella en este mundo. Pero no una huella colosal de aquellas que todos quieran eclipsar solo por estar ahí, yo soñaba con una huella sutil, como el sabor del queso viejo en el paladar acompañado de un buen vino, como las caricias después de amarse, sutil como el rayo que se cuela por la ventana y aún tan delgado y tenue te despierta.
 

Agarré un puñado de palabras y las fui alicatando sobre murales de celulosa, "insuficiente", me dije, "las palabras se las lleva el viento", así que decidí llenarles los bolsillos de sentimientos. Zurrones de vida, de pellizcos de mi corazón para anclar sonetos en lo mas profundo de tu alma... versos cálidos arrecostados sobre pozos de café y jirones de historias pasadas.


Quería existir, como aquel inconfundible olor a tierra mojada: que no sabes de donde salió, pero te alegró la mañana..


Pablo León Alcaide

martes, 6 de septiembre de 2016

De temores

mis ojos vacilan, no saben si buscar o evitar,
si descubrir o mantenerse en feliz ignorancia,
pero en el fondo de mi cabeza una agitada voz
murmulla, me impide permanecer tranquilo
-está ahí fuera, mas allá de tu lecho, te vigilan-.

mis manos tiemblan, en vano trato de disimular,
que estoy aterrado, aquí en mi propia estancia,
no quiero salir de mi cama, maldito sea este pavor
que me mantiene aquí atrapado y medio encogido
mas allá de mi lecho todas las sombras me miran.

mi voz consumida, un suspiro que no logro alzar,
pido auxilio, pero mi voz se pierde en la distancia,
es un vestigio de escarcha sobre pétalos de una flor
que se estremece, palidece y se somete ante el frío,
al otro lado de mis labios los tenues susurros expiran.

mi habitación, ahora grande como palacio de un zar,
era pequeña esta mañana, adornada con elegancia,
ahora es un paraje barroco, sombrío y aterrador
donde las sombras danzan y las hay que hacen ruido,
ahí fuera, detrás de mis sábanas, ellas conspiran.

mi corazón, no se detiene por nada, solo quiere gritar,
admito que tengo miedo, que me atrapa esta circunstancia
en la que hasta mi propio pensamiento se torna un traidor
que va haciendo del sereno ocaso mi enemigo más temido.
aquí, mis ideas se escapan para alzarse hostiles y retorcidas


Pablo León Alcaide